sábado, 02 diciembre 2023
transición verde

Transición verde: horizonte de oportunidades, a pesar de las reticencias

En un escenario mundial donde la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una prioridad ineludible, la transición hacia una economía verde se enfrenta a una serie de reticencias que amenazan con socavar los esfuerzos por combatir el calentamiento global. A medida que la brecha en las políticas climáticas se ensancha en diferentes partes del mundo, desde Estados Unidos hasta Europa, surge un conflicto cultural alimentado por líderes políticos y populistas que desafían la necesidad de adoptar medidas audaces.

En medio de esta resistencia, el ex presidente Donald Trump ha tachado la transición a los coches eléctricos como “una transición al infierno”, mientras que en el Reino Unido, el primer ministro Rishi Sunak ha frenado planes para eliminar gradualmente los coches de gasolina, argumentando que imponer dicha carga a los trabajadores no es justo. Esta hostilidad también se ha manifestado en importantes regiones alemanas y Suecia, donde las políticas proclimáticas enfrentan una creciente ola de descontento.

Las causas de esta resistencia son diversas. Algunos ciudadanos niegan la existencia misma del cambio climático, mientras que otros, aunque lo admiten, se muestran renuentes a asumir mayores impuestos y facturas de energía. La complejidad de instalar nuevos equipos y la pregunta sobre por qué algunos países deben hacer sacrificios mientras otros no, agitan el caldero de la oposición.

Los políticos populistas, hábiles en la manipulación, exacerban estos desafíos. Exageran los costos de la transición verde, distorsionan la realidad y convierten la lucha contra el calentamiento global en un campo de batalla cultural. La idea de que las élites urbanas quieren quedarse con sus coches y forzar a la población a adoptar un estilo de vida diferente se convierte en un discurso recurrente.

Sin embargo, en medio de estas reticencias, surgen ejemplos positivos que muestran que la transición a un mundo neutral en carbono puede ser beneficiosa.

Uno de los vectores destacados es el hidrógeno verde, una solución eficaz para descarbonizar la economía. Países como Australia, Kazajstán, Mauritania, Omán y España están liderando proyectos de producción de hidrógeno renovable a gran escala.

En Australia, el Western Green Energy Hub planea suministrar 50 GW de capacidad solar y eólica para la costa sur de Australia Occidental, con la capacidad de producir 3.5 millones de toneladas de hidrógeno verde al año. Kazajstán tiene planes ambiciosos con Svenvind Energy, que busca construir parques eólicos y solares con una capacidad de 45 GW para producir hasta 3 millones de toneladas de hidrógeno verde anualmente. Mauritania, Omán y España también están inmersos en proyectos que demuestran la viabilidad y el potencial económico de la transición verde.

En el corazón del Mediterráneo, Mallorca se embarca en una iniciativa ambiciosa para convertirse en un referente de hidrógeno verde. Con dos plantas solares alimentando un electrolizador, la isla busca crear un ecosistema impulsado por hidrógeno verde, desde autobuses hasta la red de gas y pilas de combustible en hoteles y puertos.

Sin embargo, la realidad presenta desafíos, como el retiro de un electrolizador defectuoso y la falta de interés del nuevo gobierno local.

A pesar de estos obstáculos, la construcción del hidrogenoducto en Mallorca, el primero en España, marca un hito significativo. Con una inversión de más de 3 millones de euros, el proyecto se espera que beneficie a más de 115,000 hogares y 2,000 consumidores terciarios e industriales. Respaldado por la subvención europea Green Hysland, este proyecto refleja la visión de una Europa comprometida con la transición hacia un ecosistema de hidrógeno renovable.

En un mundo dividido por reticencias y desafíos, la transición verde emerge como un camino inevitable hacia un futuro sostenible. Aunque la resistencia persiste, los ejemplos de éxito y las iniciativas innovadoras demuestran que la transición a un mundo neutral en carbono no solo es posible sino también lucrativa.

El desafío radica en superar la reticencia política y popular, abrazando oportunidades económicas y medioambientales.

Redacción
En Positivo

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