Esta semana marca un hito en la lucha contra el cambio climático, ya que seis jóvenes portugueses se preparan para un proceso sin precedentes ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. En una valiente denuncia contra 32 países, estos activistas, liderados por los hermanos Sofía y André Santos Oliveira, buscan responsabilizar a los gobiernos europeos por su inacción en la lucha contra el calentamiento global.
Estos jóvenes, cuya edad oscila entre los 11 y los 25 años, han recorrido un largo camino desde que iniciaron este procedimiento legal hace seis años, cuando la crisis climática se convirtió en una preocupación apremiante en sus vidas.
Inspirados por los devastadores incendios que asolaron Portugal en 2017 y conscientes de que el futuro de toda una generación está en juego, decidieron tomar medidas legales drásticas.
El cambio climático ha aumentado gradualmente las temperaturas y ha dado lugar a periodos estivales marcados por incendios forestales cada vez más destructivos. En su denuncia, los activistas sostienen que esta crisis climática está exacerbando fenómenos meteorológicos extremos y que los países europeos, lejos de reducir sus emisiones de CO2, están contribuyendo a un planeta más inhóspito.
Lo que hace que este caso sea excepcional es que no buscan una compensación monetaria. En cambio, su objetivo principal es forzar un cambio significativo en las políticas y acciones gubernamentales. Sofía Santos Oliveira, de 18 años, explica su motivación: “Lo que más siento es frustración por la inacción de los gobiernos. Dicen que este es un problema secundario y no un problema prioritario. Porque el planeta es tan importante como nuestra economía”.
La denuncia original se dirigía contra 27 Estados miembros de la Unión Europea, Noruega, Rusia, Suiza, Turquía, el Reino Unido y Ucrania. Sin embargo, Ucrania fue excluida de la lista después del inicio de la guerra en ese país. Los jóvenes activistas cuentan con el respaldo de una ONG que los asiste en su lucha.
El caso que presentan ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se basa en cuatro derechos fundamentales: el derecho a la vida, el derecho a no sufrir torturas ni tratos inhumanos o degradantes, el derecho a la privacidad y la vida familiar, y el derecho a no ser discriminados por razón de su edad. La inclusión del derecho a no sufrir torturas ni tratos inhumanos es especialmente significativa, ya que nunca antes se había planteado este argumento en un caso relacionado con el cambio climático ante el Tribunal.
Estos jóvenes creen firmemente que el problema trasciende las fronteras de Portugal y se trata de un problema europeo que requiere una solución conjunta. Solo una sentencia que se base en la violación de los Derechos Humanos podría obligar a los países a tomar medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ahora, los 17 jueces de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos escucharán los argumentos de los demandantes y deliberarán en privado. Para que la sentencia sea favorable a los jóvenes, se requiere una mayoría simple, es decir, que nueve jueces estén de acuerdo en condenar a los países europeos. Aunque el veredicto no se espera pronto, su importancia en la lucha contra el cambio climático es innegable.
Este caso no es el único relacionado con la crisis climática que ha llegado a la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En marzo de 2023, la Asociación de Mujeres Mayores para la Protección del Clima llevó al Estado suizo a juicio por inacción ante la emergencia climática.
Además, el eurodiputado Damien Carême también denunció a Francia por no tomar medidas para mitigar los efectos del calentamiento global.
En un momento en que el mundo se enfrenta a desafíos sin precedentes debido al cambio climático, estos jóvenes activistas portugueses están demostrando que la acción legal puede ser una poderosa herramienta para impulsar el cambio y responsabilizar a los gobiernos por su inacción en la protección de nuestro planeta y de las generaciones futuras. Su valentía y determinación nos recuerdan la urgencia de abordar la crisis climática de manera seria y efectiva antes de que sea demasiado tarde.
Redacción
En positivo
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