sábado, 02 diciembre 2023
meritocracia

La meritocracia y la vuelta al cole

El debate sobre la meritocracia ha cobrado relevancia en medio de la vuelta al cole, un momento que pone de manifiesto las desigualdades educativas. En el caso de España uno de cada tres estudiantes españoles inicia el nuevo curso en centros privados o concertados, lo que plantea interrogantes sobre si el sistema educativo promueve genuinamente la igualdad de oportunidades.

La meritocracia, en su forma más básica, implica que las recompensas y los logros se basen en el mérito individual, es decir, en el esfuerzo y el talento. Sin embargo, en España, esto se complica debido a factores sociales y económicos que afectan la igualdad de oportunidades.

En muchos casos, la educación de un niño refleja la capacidad de sus padres para pagar una educación privada, lo que perpetúa las desigualdades de clase.

El concepto de meritocracia se desdibuja aún más porque se utilizan diferentes interpretaciones en el discurso público. La “meritocracia débil” se enfoca en la selección de candidatos basada en su preparación, pero a menudo se socava por la influencia de conexiones o sobornos. La “meritocracia robusta”, por otro lado, busca no solo la igualdad de oportunidades, sino también la igualdad de resultados, independientemente del origen socioeconómico.

El principal problema en España radica en que el sistema educativo y social a menudo no brinda oportunidades iguales desde el principio. Más del 50% de los niños cuyos padres tienen educación primaria también tienen acceso limitado a la educación superior, no debido a la falta de talento, sino a factores como la falta de apoyo familiar, la presión para obtener ingresos y la segregación escolar. La inversión en educación pública es clave para abordar este problema.

Algunos críticos argumentan que la meritocracia no impide que los candidatos mejor preparados provengan de ciertos grupos sociales privilegiados, lo que enfatiza la necesidad de una meritocracia robusta que garantice oportunidades genuinas para todos. Además, la concepción retributiva de la meritocracia, donde los candidatos mejor preparados merecen ganar según lo que otros estén dispuestos a pagarles, a menudo perpetúa desigualdades económicas.

La clave para abordar estas desigualdades radica en combinar la meritocracia con criterios salariales y fiscales que tengan en cuenta la justicia distributiva.

La meritocracia robusta no dicta cuánto debemos ganar, sino que regula las oportunidades. Las sociedades más igualitarias promueven una mayor movilidad social y, por lo tanto, más oportunidades para todos.

El sistema educativo español presenta desafíos significativos en la búsqueda de la igualdad de oportunidades. La tasa de repetición escolar es alta y afecta de manera desproporcionada a los niños de familias desfavorecidas. Incluso cuando dos estudiantes tienen el mismo nivel de competencias, el estudiante de clase baja tiene más probabilidades de repetir. Factores como la cultura escolar y la falta de presión familiar pueden influir en este fenómeno.

La capacidad de las clases medias y altas para sortear estas barreras educativas es otro problema. Tienen más recursos y conocimiento para abogar por sus hijos y evitar la repetición. Además, la falta de igualdad de oportunidades se manifiesta tempranamente en la educación, lo que dificulta que los estudiantes de familias desfavorecidas alcancen sus metas educativas.

En cuanto al mercado laboral, la influencia del origen social es difícil de cuantificar, pero los contactos, las habilidades sociales y el miedo al fracaso pueden favorecer a quienes tienen más recursos. Además, el elevado paro estructural y la alta temporalidad en el mercado laboral contribuyen a la falta de movilidad social.

En resumen, el debate sobre la meritocracia en España destaca la necesidad de abordar las desigualdades educativas desde el principio y de implementar políticas que promuevan una igualdad real de oportunidades. La meritocracia debe ir acompañada de medidas que reduzcan las diferencias sociales y económicas, lo que permitirá una sociedad más equitativa y con mayores oportunidades para todos.

Redacción
En Positivo

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