¿Cuál de las dos Españas es campeona del mundo?
En ninguna circunstancia, salvo en la guerra, vemos un sentimiento patriótico más exaltado que durante una Copa del Mundo. En España, donde la guerra más reciente fue la Guerra Civil, el asunto es complicado. Como se volvió a confirmar en las elecciones generales de julio, hay dos Españas.
¿Cuál de las dos es España campeona del mundo de fútbol femenino? ¿Es lo que el académico Ignacio Sánchez-Cuenca llama «lo plurinacional o» lo mononacional? ¿Será el que defiende los derechos de las autonomías, los inmigrantes, las mujeres y los homosexuales, o el que suspira por una España a la antigua, depurada? de las corrientes sociales y políticas del siglo XXI?
España Se supone que toda España, salvo la minoría independentista, celebró la victoria contra la Pérfida Albión. Pero cabe preguntarse si quienes dicen luchar por “la España real” lo han hecho con la misma pasión, quienes en los últimos años han tomado la bandera española como emblema exclusivo de las ideas que representan.
Cabe preguntarse por la sencilla razón de que las mujeres que componían la plantilla del equipo campeón no eran precisamente un espejo de “la España real”. Serían, más bien, la imagen de lo que algunos llaman “la España de Frankenstein”. Entre ellos hay varias orgullosas lesbianas, gays que no dudan en mostrar fotos con sus parejas en las redes sociales. También hay varias catalanas, por ejemplo, la que fue votada mejor jugadora del Mundial, Aitana Bonmatí. Y para completar el mosaico tenemos a Salma Paralluelo, elegida mejor jugadora joven del torneo, cuya madre es de origen africano.
Podemos suponer que todas ellas -independientemente de sus orientaciones sexuales, regionales o raciales- son más o menos feministas, ya que llevan siglo y medio luchando en un campo dominado por los hombres, y que no estarían a favor. de suprimir, como proponen muchos fieles de la «verdadera España», el Ministerio de Igualdad.
Lo que no tenemos que asumir, porque es un hecho, es que la selección española femenina encarna un pluri-españa que nada tiene que ver con el que la casta de la nostalgia quiere restaurar. Las dos Españas siguen ahí, pero la ola de modernidad que representan Bonmatí, Paralluelo y compañía contribuirá a acabar con el castillo de arena del españolismo extremo y acelerará la tendencia numérica a favor de uno sobre el otro. Para quien no sepa, o no quiera saber, estas campeonas del mundo son la España del mundo real, de hoy y del futuro.
La ceguera de muchos se expresa en su incapacidad de ver más allá de las fronteras. No entienden el valor de la victoria española para la marca España. Pasando por periódicos como tú El New York Times , guardián y Los tiempos desde Londres, veo la admiración que despertaba no sólo la calidad de juego de las mujeres de la camiseta roja, otro salto adelante para el fútbol femenino en el mundo, sino también su salero, expresado entre otras cosas en la espontaneidad con la que abrazados todos con la reina Letizia.
Los periódicos londinenses, en particular, notaron la diferencia con la rígida monarquía inglesa, cuyos representantes no se molestaron en viajar a la final en Australia para apoyar a sus seguidores. leona .
Lo que no cayó tan bien en el extranjero, y por desgracia generó muchos titulares en la prensa internacional, fue el exceso de entusiasmo del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Estaba feliz, hombre, tanto que me viene a la mente la famosa pregunta de la actriz estadounidense Mae West a un admirador: «¿Tienes un arma en el bolsillo o te alegras de verme?» Me refiero, por supuesto, al beso que le dio en la boca a la jugadora Jenni Hermoso, interpretado por muchos en España y en el extranjero como una especie de abuso sexual o atrevimiento machista. La autodefensa de Rubiales en la radio solo echó leña al fuego. Las críticas eran «una mierda», dijo; quienes lo criticaron fueron “tontos”, “idiotas” y “realmente estúpidos”.
Sería interesante saber a cuál de los dos Spains Rubiales pertenece. Da la impresión de estar confundido. Pero lo que hay poca duda, y medio mundo lo vio, es que tiene más clase que un orangután.
JOHN CARLIN
Publicado en: esdelatino.com
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