domingo, 01 octubre 2023

Una España en positivo o, una España en negativo. He aquí la cuestión.

El 23 de Julio es un día clave en el calendario puesto que se celebran en España las elecciones a Cortes Generales, en las que podrán participar 37.466.432 ciudadanos censados con derecho a voto.

La convocatoria de elecciones españoles viene a completar el ciclo electoral que ya se ha producido en otros países europeos en el último año y medio: Portugal, Suecia, Italia, Finlandia…

Europa está ahora mismo inmersa en un contexto harto complicado por la evolución de la guerra en Ucrania debido a la invasión rusa.

No hace falta decir que esta indeseable guerra a quien más ha perjudicado es al continente europeo por su proximidad y cuyos efectos colaterales se han traducido en una fuerte inestabilidad, la crisis migratoria, la crisis energética y la crisis política por el ascenso de los populismos.

Es bien conocido que la historia es cíclica y en los momentos de mayor dificultad emergen con fuerza los populismos que prometen “la solución mágica” a todos los males que atenazan a la ciudadanía. En este caso y en vista de los resultados electorales de muchos países europeos se está produciendo un nuevo y peligroso ascenso de populismos de corte ultraconservador y ultraderechista.

En el caso de España es preocupante el clima de polarización y crispación que se está viviendo. Los partidos hegemónicos, tanto socialistas como conservadores, tendrán la responsabilidad – de acuerdo al resultado de las urnas – de no escalar más entre sus filas el odio y la violencia. Es necesario una mayor altura de miras, coser heridas y convencer a los muchos escépticos y críticos que ya no confían en la política.

El debate cara a cara entre los dos líderes de los respectivos partidos, Pedro Sánchez Castejón del lado del PSOE y Alberto Núñez Feijóo por parte del Partido Popular, dio buena cuenta del lodazal político y la sensación de decepción que dejó. Posiblemente se recuerde como el peor cara a cara en la democracia española atendiendo que en todos los anteriores al menos los contrincantes respetaron mínimamente las formas en una puesta en escena más sosegada.

Habrá que confiar más en los hechos que en la dialéctica. Con la estadística en la mano y al menos de parte de la gestión socialista del Gobierno español se evidencia que en estos cinco años el país ha mejorado la mayoría de sus indicadores. Y eso no son opiniones sino realidad.

  • Por primera vez se han superado los 20,9 millones de personas en el registro de la afiliación diaria y la afiliación media se ha consolidado por encima de los 20,8 millones de ocupados. La tasa interanual de crecimiento del empleo es del 2,6 % en el mes de junio. Por el contrario a finales del 2018 si bien al alza se registraron 19,56 millones de trabajadores.
  • La afiliación de las mujeres a la seguridad social registra cifras récord con más de 9,8 millones de mujeres afiliadas.
  • El empleo femenino ya constituye el 47 % del total de las personas afiliadas, lo cual es una excelente noticia para combatir la desigualdad. Por el contrario a finales del 2018 esta cifra de empleo femenino no superaba los 8,7 millones de mujeres afiliadas.
  • Gracias a nueva la reforma laboral consensuada con los agentes sociales se ha conseguido una mayor estabilidad en el empleo. El 44 % de empleos son contratos indefinidos, mientras que en 2018 la contratación indefinida registraba un exiguo 10 %.
  • El Salario Mínimo Interprofesional se ha elevado a 1080 euros/mes lo cual supone una mejoría notable respecto a los deprimentes 735,90 euros/mes que se contabilizaba en 2018.
  • La pensión media de jubilación también se ha visto mejorada y en este 2023 se ha revalorizada un 8,5. Actualmente la pensión media es de 1373 euros/mes que contrata positivamente respecto a los 1080 euros/mes del 2018.

Sin ninguna duda el balance es positivo y los errores de bulto vienen de la parte de coalición de Podemos que no ha sabido transitar adecuadamente del activismo a la política institucional.

Es una pena esta oportunidad perdida de la nueva política que se ha convertido en una rémora al final de los días del gobierno. Todo por no aceptar con humildad su inexperiencia y no dejarse asesorar por los que saben en cuestiones tan fundamentales como legislación parlamentaria.

Al final de la quema sólo la vicepresidenta y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, es que la que ha demostrado con su política pragmática estar ocupada de los problemas de ciudadanía frente a la política de gestos de otros compañeros de viaje. No es casualidad pues que Díaz haya conseguido salvar los muebles con el proyecto Sumar que en caso de dar los números puede ser un socio más fiable para los socialdemócratas.

Confrontando este modelo progresista se encuentra la posibilidad de un gobierno de coalición Partido Popular y Vox que podría ser el peor de los escenarios por el retroceso que puede darse.

Si los populares se dejan arrastrar pueden implementar medidas que  suponen una enmienda a la totalidad a leyes que se han demostrado eficaces como la misma Reforma Laboral para llevarnos al país de nunca jamás.

A todos los efectos el programa de Vox es una enmienda casi en su totalidad a muchos de los fundamentos que los padres de la Constitución Española idearon para construir un país democrático, plural e igualitario en derechos y deberes. De facto atender algunos de los puntos de Vox supone la derogación de puntos clave de la constitución.

De acuerdo a las recientes elecciones autonómicas y municipales ya se confirmaron gobiernos de coalición entre ambas formaciones y cuyas consecuencias se empiezan a materializar.

  • Sorprende el cinismo de Vox que prometía acabar con los chiringuitos políticos pero que una vez entrado en gobiernos no ha desaprovechado la oportunidad de aumentar sus ganancias. En algunos ayuntamientos ya se han autopercibido subidas de sueldo a casi el doble.
  • La inclusión de perfiles polémicos, ideologizados y esperpénticos en cargos públicos con responsabilidades importantes. Es el caso del extorero Vicente Barrera como Consejero de Cultura en la Generalitat Valenciana cuando hoy en día la popularidad de la tauromaquia no es ni mucho menos mayoritaria.
  • La actitud inmoral de cargos de Vox en los minutos de silencio por las víctimas de violencia de machista. Si no comparten dichas leyes podrían al menos ausentarse con su presencia y no hacerse la foto apartados del resto de grupos parlamentarios.
  • Las salidas de tono y la cultura de cancelación de algunos conejales de Vox respecto a ciertas obras y eventos culturales que estaban programados en ayuntamientos. Todo con la permisividad del Partido Popular.
  • Quitar banderas LGTBI aun cuando estos días se han celebrado actos de conmemoración de la semana del orgullo.

Los próximos cuatro años serán decisivos para consolidar avances o para sufrir un posible retroceso. Por tanto es muy importante analizar a quién queremos otorgar nuestra confianza y dar la potestad para el control de los cambios y el control del Estado.

La España en positivo o en negativo, he ahí la cuestión. Que sirva de reflexión para todos.

JORGE DOBNER
Editor
En Positivo

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