El Día Internacional de la Diversidad Biológica se celebra el 22 de mayo de cada año. Fue decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de concienciar acerca de la importancia que tiene la biodiversidad para los seres humanos y la necesidad de cuidarla y preservarla para las futuras generaciones.
La diversidad biológica o biodiversidad se refiere a la variedad de seres vivos existentes y las diferencias genéticas de cada especie, tanto de animales, plantas y microorganismos que nacen, crecen y se desarrollan en un determinado ecosistema. Incluye los distintos procesos y cambios evolutivos que ocurren con las especies y todo el entorno que les rodea.
Con motivo de esta fecha la organización y movimiento mundial Slow Food envía un mensaje para reivindicar la biodiversidad y garantizar la seguridad alimentaria.
“La biodiversidad alimentaria y agrícola es indispensable para la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible y el suministro de muchos servicios ecosistémicos vitales” exhorta en su mensaje Edward Mukiibi, presidente de Slow Food.
Mukiibi continuó desarrollando el lema escogido en el Convenio sobre Diversidad Biológica, “Del acuerdo a la acción: reconstruyamos la biodiversidad”, que deriva de las conclusiones del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas de la COP15: “No podemos perder el tiempo en reconstruirla. La biodiversidad es lo que permite a los sistemas agrícolas resistir y superar los problemas medioambientales, las pandemias y las crisis climáticas. Nos permite producir alimentos con menos impacto sobre los recursos no renovables y menos influencias externas, y es esencial para nuestra supervivencia”.
Slow Food cree que desde la sociedad podemos cambiar el sistema alimentario actual y hacerlo más sostenible mediante prácticas agroecológicas, garantizando la seguridad alimentaria en todo el mundo.
La agroecología es un enfoque holístico e integrado que aplica simultáneamente conceptos y principios ecológicos y sociales al diseño y gestión de sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles. Busca optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, al mismo tiempo que aborda la necesidad de sistemas alimentarios socialmente equitativos en los que las personas puedan elegir lo que comen y cómo y dónde se produce.
Desarrollar y fomentar técnicas agrícolas agroecológicas puede ayudar a que los suelos sean más productivos, minimizar el uso de agroquímicos y la contaminación, y mejorar la diversidad de cultivos.
Durante más de 30 años Slow Food ha trabajado en la defensa de la biodiversidad que sustenta la agricultura y la producción alimentaria: especies y variedades de plantas, razas animales, insectos beneficiosos, microorganismos, ecosistemas, conocimientos y cultura.
Redacción
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