El derecho fundamental a buscar y difundir información a través de una prensa independiente es un pilar fundamental en democracia. En algunas de las democracias los medios son víctimas de esfuerzos más matizados para estrangular su independencia, esto incluye cambios de propiedad respaldados por el gobierno, presión regulatoria y financiera y denuncias públicas de periodistas contrarios a la ideología de turno.
Según António Guterres, el Secretario General de las Naciones Unidas: “Sin una prensa libre, la democracia no puede sobrevivir. Sin libertad de expresión, no hay libertad”.
La 21.ª edición del Índice Mundial de Libertad de Prensa, compilado anualmente por Reporteros sin Fronteras (RSF), arroja luz sobre cambios importantes y a menudo radicales vinculados a trastornos políticos, sociales y tecnológicos.
Según el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2023, que evalúa el entorno para el periodismo en 180 países y territorios la situación es “muy grave” en 31 países, “difícil” en 42, “problemático” en 55, y “bueno” o “satisfactorio” en 52 países. En otras palabras, el ambiente para el periodismo es “malo” en siete de cada diez países, y satisfactorio solo en tres de cada diez.
Noruega ocupa el primer lugar por séptimo año consecutivo. Pero, inusualmente, un país no nórdico ocupa el segundo lugar, a saber, Irlanda (sube 4 lugares en el 2°), por delante de Dinamarca (baja 1 lugar en el 3°). Holanda(6º) ha subido 22 puestos, recuperando la posición que tenía en 2021, antes de que asesinaran al reportero policiaco Peter R. de Vries .
También hay cambios en la parte inferior del índice. Los tres últimos lugares están ocupados únicamente por países asiáticos: Vietnam (178), que casi ha completado su cacería de reporteros y comentaristas independientes; China (4 abajo en el puesto 179), el mayor carcelero de periodistas del mundo y uno de los mayores exportadores de contenido propagandístico; y, sin sorpresa, Corea del Norte (180).
Con 95,18 puntos Noruega encabeza el listado y la libertad de prensa goza de un marco jurídico sólido. El mercado de los medios es dinámico, gracias a un servicio público de radiodifusión muy asentado y a un sector privado diversificado y compuesto por empresas que garantizan la independencia editorial.
Su constitución ampara, a la vez, la libertad de expresión y el derecho a la información pública, que también protegen otras leyes. El sector de los medios respeta, además, un código ético común. El gobierno recaba una gran cantidad de datos de comunicaciones, lo cual supone un riesgo potencial para la protección de las fuentes periodísticas.
En segundo lugar se encuentra Irlanda cuyo clima de libertad de prensa es positivo, y los periodistas pueden trabajar libremente y sin injerencias. No obstante, el futuro financiero de los medios, especialmente el del ente público RTÉ, sigue suscitando preocupaciones.
Dinamarca ocupa un tercer puesto donde el periodismo de investigación tradicional ha vuelto a despertar interés del público, en el contexto de la crisis sanitaria y de los temas relacionados con la salud.
Suecia en un cuarto lugar es el primer país del mundo en adoptar una ley para la libertad de prensa, destaca por su especial apego a la independencia de los medios. Sin embargo, este clima favorable no evita que los periodistas sean objeto de amenazas, campañas de odio en Internet o procedimientos judiciales abusivos.
El top five lo completa Finlandia donde la primera ley para prohibir la censura se aprobó bajo el dominio sueco, en 1766. Sin embargo, el juicio al periódico más importante de Finlandia por revelación de secretos de Estado ha creado incertidumbre en la profesión.
El Índice 2023 destaca los rápidos efectos que la industria de contenido falso del ecosistema digital ha tenido en la libertad de prensa. En 118 países (dos tercios de los 180 países evaluados por el Índice), la mayoría de los encuestados del cuestionario del Índice informaron que los actores políticos en sus países a menudo o sistemáticamente estaban involucrados en campañas masivas de desinformación o propaganda.
Se está difuminando la diferencia entre lo verdadero y lo falso, lo real y lo artificial, los hechos y los artificios, vulnerando el derecho a la información. La capacidad sin precedentes de alterar el contenido se está utilizando para socavar a quienes encarnan el periodismo de calidad y debilitar el periodismo en sí.
El Índice Mundial de Libertad de Prensa muestra una enorme volatilidad en las situaciones, con grandes altibajos y cambios sin precedentes, como el ascenso de 18 lugares de Brasil y la caída de 31 lugares de Senegal.
Esta inestabilidad es el resultado de una mayor agresividad por parte de las autoridades en muchos países y la creciente animosidad hacia los periodistas en las redes sociales y en el mundo físico. La volatilidad también es consecuencia del crecimiento de la industria del contenido falso, que produce y distribuye desinformación y proporciona las herramientas para fabricarla.
Aquí la tabla de clasificación del Índice Mundial de Libertad de Prensa:
Redacción
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