viernes, 01 diciembre 2023
geoingenieria

La geoingenieria puede salvarnos del cambio climático

De acuerdo a los últimos informes es casi seguro que los objetivos del Acuerdo de París no se cumplirán  y que, en consecuencia aumentarán de 1,5 a 2°C en las temperaturas globales.

Dado que no podemos contener el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y sus impactos catastróficos sobre la biosfera, ¿por qué no intervenir directamente sobre la biosfera? Esta es la promesa de la geoingeniería, que se divide en dos enfoques principales: la eliminación artificial del carbono atmosférico y el retorno de la radiación solar: la bomba y el termostato. Aunque el público desconoce en gran medida su existencia y no se ha llevado a cabo ningún debate democrático, están en camino de establecerse como soluciones creíbles a la catástrofe climática.

Ciertas técnicas de geoingeniería están ahora en la agenda y atraen a los círculos históricamente escépticos del clima. Si están ganando terreno es porque se presentan como un “soplo de aire” para una muy hipotética transición energética.

La Casa Blanca ha puesto en marcha un plan de cinco años para la investigación de “intervenciones climáticas”. Esos incluyen métodos como enviar aviones para rociar partículas reflectantes en los tramos superiores de la atmósfera, con el fin de bloquear la luz solar entrante para que no aumente las temperaturas.

El trabajo es requerido por el Congreso. “No se trata de una nueva investigación, sino de un informe que destaca algunas de las brechas de conocimiento clave y recomendaciones de temas prioritarios para la investigación relevante”, dijo un portavoz de la oficina de políticas científicas y tecnológicas de la Casa Blanca, y agregó que la administración de Joe Biden quiere “eficacia y eliminación responsable de CO2”, así como profundas reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según explican en un artículo de la revista de la Universidad de Harvard, los principales desafíos de la geoingeniería son realizar experimentos de campo para evaluar con precisión las posibles consecuencias y desarrollar acuerdos internacionales para implementar y monitorear de manera segura las tecnologías de geoingeniería.

Si se adoptara la geoingeniería, se usaría una combinación de técnicas según el costo, las condiciones regionales y la respuesta del clima. Los diferentes métodos pueden tener efectos locales o globales, por lo que las políticas regulatorias deben ser acordadas por la comunidad internacional.

Por lo tanto, muchos científicos han pedido la creación de agencias reguladoras para asesorar a las Naciones Unidas y diseñar planes sobre cómo se deben priorizar los métodos de geoingeniería. La geoingeniería podría ayudarnos a revertir el cambio climático de una manera más controlada, ganándonos tiempo para hacer que nuestra sociedad sea más sostenible.

Por ejemplo en  el caso de los océanos su fertilización es el método de geoingeniería oceánica mejor estudiado y puede reducir tanto la acidificación de los océanos como el calentamiento global.

Implica apoyar el crecimiento del fitoplancton, que convierte el CO2 en oxígeno a través de la fotosíntesis. El fitoplancton microscópico realiza alrededor del 50% de la fotosíntesis del mundo. Al igual que se pueden agregar fertilizantes a los jardines para ayudar a que las plantas crezcan más rápido, se pueden agregar diferentes fertilizantes a los océanos para ayudar a que el fitoplancton crezca más rápido y consuma más CO2. El hierro es el principal fertilizante oceánico que se está considerando, y este proceso sería mucho más barato y rápido que plantar más árboles en tierra.

La geoingenieria también se está explorando para ayudar a frenar el derretimiento inexorable de los glaciares.

En diciembre de 2021, se completó la misión “ Oceans Melting Greenland ”. Dirigido por la NASA durante seis años, sus conclusiones son claras: el agua del océano está derritiendo los glaciares de Groenlandia en el fondo, al menos tanto como el calentamiento de la atmósfera los está derritiendo en la superficie. Eso no es todo: sus mediciones también muestran que los glaciares se están derritiendo de seis a siete veces más rápido hoy que hace 25 años, y que cuanto más profundo es un glaciar, más rápido perderá su hielo.

Ante esta observación, “ la comunidad glaciológica sería negligente al no desarrollar planes de emergencia en caso de necesidad ”, afirma Michael Wolovick en su presentación de investigación.

Estas técnicas intervencionistas incluyen drenar o congelar el manto polar; alterando el albedo de la superficie; creación de obstáculos: retención de nieve; endurecimiento de los márgenes de corte con hielo; bloqueando la entrada de agua de mar caliente; engrosamiento de las plataformas de hielo (aumento del refuerzo y fortalecimiento de las plataformas fracturadas contra la desintegración); así como el uso de la ingeniería climática regional o la siembra de nubes locales para enfriar el glaciar o agregar nieve.

Sin embargo no todas estas ideas se consideran razonables o factibles, y es probable que incluso menos se consideren aconsejables después de una consideración más detallada.

Redacción
En Positivo

Leer más:

Ranking de los países frente al cambio climático en 2022

Soluciones anti-sobrecalentamiento para mantener las ciudades habitables

Un gran paso adelante: más cerca de convertir el ‘ecocidio’ en un crimen internacional

Recibe nuestro boletín semanal
con lo más positivo de los medios

Opiniones

Descarga gratuita

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad