Hemos pasado de periodos históricos de incertidumbre donde la ciudadanía se enfrentaba a una falta de información a la situación actual de vivir sobreexpuestos a tantas noticias.
En la era de la sobreinformación, las 24 horas de los 7 días de la semana estamos siempre conectados de forma activa o pasiva, por lo que nos llegan constantemente noticias por distintos canales de comunicación.
Esto ha producido un efecto adverso al originalmente deseado y no contemplado en su inicio. Este extremo ha sido bautizado como “Infoxicación” para referirse a una sobrecarga de información difícil de procesar.
De acuerdo a un reciente informe del Report.cat, impulsado por el Col.legi de Periodistes de Catalunya, la sobreinformación y la creciente desconfianza que generan los medios de comunicación son dos de las principales causas del desinterés de la ciudadanía por las noticias.
En los últimos dos años la pandemia también ha tenido un impacto negativo en la ciudadanía: un 43% de quienes afirman evitar la actualidad informativa argumentan que “hay demasiada política y Covid en los medios”.
Entre los encuestados, por ejemplo, los autores del estudio destacan que una joven británica de diecinueve años evita seguir la actualidad informativa “porque puede llegar a ser repetitiva y negativa”. Sin embargo, subrayan los investigadores que la guerra en Ucrania ha provocado que los ciudadanos volvieran a encender mucho más el televisor y estar más horas consumiendo noticias. Es un fenómeno que ha sucedido con mayor proporción en países “próximos al conflicto”, como Polonia o Alemania, entre otros.
Si bien la audiencia puede ver la televisión o consultar los medios, existe una crisis de credibilidad pues los ciudadanos pueden no dar veracidad a la información que consumen.
En cuanto al caso concreto de España, donde se han entrevistado a más de 2.000 personas para la realización del estudio, éste alerta de que, por primera vez desde que se recogen datos, los escépticos ante las noticias superan a aquellos que confían en ellas (39% contra 32%, respectivamente).
Estos datos sitúan a España como uno de los países del mundo donde sus ciudadanos confían menos en las noticias que consume.
Analizando las suscripciones de pago a los medios hay una situación de estabilidad. Como apunta el investigador del Reuters Institute Nic Newman, “existen señales que apuntan a que el pago por información se ha estabilizado”. Por ejemplo, en España el porcentaje de usuarios que pagan por informarse permanece estable en torno al 12% desde hace años. Además, el estudio también confirma otra tendencia apuntada en ediciones anteriores, y es el hecho de que en la mayoría de países quien se suscribe a un medio sólo lo hace a uno.
Como aspecto más positivo los jóvenes pueden significar la esperanza en el futuro de los medios. El estudio señala cómo los jóvenes menores de treinta años tienen una predisposición a pagar por la información mayor que el resto de franjas de edad. Pero no sólo porque consumen más productos digitales, sino que, en realidad, se están dando un “cambio y nuevos hábitos entre la audiencia más joven”.
Redacción
En Positivo
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