miércoles, 29 noviembre 2023
redes sociales

Hoy las redes sociales son el quinto poder, aunque ese poder no tiene a nadie que lo maneje ideológicamente. BRUNO PATINO

Hoy pocos cuestionan el creciente impacto de las redes sociales en las personas, la comunicación y la sociedad. La investigación realizada por Global WebIndex muestra que, el 59% de la población mundial utiliza las redes sociales. El uso diario promedio es de 2 horas y 29 minutos (2022).

Es tal la popularidad de las redes que su consumo está consiguiendo destronar a medios hasta hace no mucho hegemónicos como la televisión.

¿Para bien o para mal? Pudiera depender del uso que le den las personas a las redes sociales, pero al igual que las redes han traído oportunidades también amenazas como la dependencia que especialmente la generación joven está creando hacía ellas y que se traduce en una falta de control e incluso síndrome de abstinencia.

En La civilización de la memoria de pez, el periodista francés y gran especialista en medios Bruno Patino denunciaba los peligros de una humanidad que ya entonces estaba confinada entre los cristales de su pecera digital: perfectamente libres para nadar en sus aguas y abiertos a todo, pero atrapados dentro de unos límites que no por ser transparentes resultaban menos rígidos, incapaces de concentrarnos ni de crecer, agotados por el paso del tiempo y las interminables exigencias de las notificaciones que acosan nuestros dispositivos.

La experiencia sin precedentes de la pandemia puso en evidencia esta misma situación: somos una sociedad desatenta y olvidadiza, que se salvó del asilamiento gracias a su capacidad técnica para hablar, trabajar, verse, mantenerse en contacto y divertirse a distancia, pero al mismo tiempo descubrió, de forma acelerada, los barrotes de su prisión digital, libre para saberlo todo, pero carente de deseo; parloteando constantemente, pero ansiosa de contactos reales…

En su nuevo libro Tempestad en la pecera (Alianza) analiza la vigencia de su anterior libro tras la experiencia del confinamiento. Ante el acoso de las empresas que intentan atarnos a las pantallas y secuestrar nuestra atención, depende de nosotros hacer frente al capitalismo digital que nos ha transformado de raíz en apenas veinte años.

Tal y como argumenta en una reciente entrevista para El País “Tal vez estemos en un momento paroxístico de la influencia de las redes sociales en la polarización y de la dependencia personal de muchos de nosotros, no solamente los más jóvenes. Y este momento se acompaña de otros: la toma de conciencia individual para dejar de un lado la pantalla, porque nos impide hacer otras cosas, nos roba concentración e imaginación.

Y la sociedad se ha vuelto una sociedad del cansancio, cansancio de la información o de la política. El momento de dependencia y polarización es también el de toma de conciencia individual y colectiva, pero todavía no sabemos en qué va a desembocar”.

Abandonar el mundo conectado ya no es una opción, pero es posible cambiar este entorno enloquecido. Precisamente a partir de la pandemia se expandió el teletrabajo y todas esas herramientas telemáticas que nos interconectan a través de videoconferencia.

En algunos casos su uso ya está desembocando en una distorsión de la realidad virtual con lo real “muchos tienen dimorfismo provocado por Zoom: te miras en la pantalla y piensas que esa es tu realidad. Te ves en la pantalla cada día, piensas que eso es tu realidad, pero son filtros. En Instagram estás construyendo tu propia imagen y al final tu imagen verdadera te parece extraña frente a la de la pantalla. Es una metáfora sobre la pantalla total, que en su momento nos salvó la vida y también nos engulló” explica Patino.

Al igual que en su día se acuñó el término Cuarto Poder para referenciar a los medios por su capacidad de influencia, el periodista establece un paralelismo para llamar el Quinto Poder a las redes sociales.

“Llamo a las redes sociales el quinto poder, aunque ese poder no tiene a nadie que lo maneje ideológicamente. Veremos qué acaba pasando con Elon Musk, pero hasta hace unos días el modelo económico era el algoritmo. Y el modelo económico de polarización y emoción produce una desestabilización fuerte de los poderes.

Eso es muy bueno cuando estamos hablando de una dictadura, pero se desestabiliza también a las democracias que se vuelven democracias: no hay debate de ideas o incluso de opiniones, solamente debate de emoción”.

De acuerdo a la opinión del periodista la polarización no es un producto de la tecnología, sino del modelo económico de las redes sociales basado en el sistema de algoritmos que clasifica a los mensajes según su eficiencia económica.

“Los mensajes que están acelerados por los algoritmos provocan emociones fuertes: rabia, risa, escándalo… Aquellos que están frenados por el algoritmo son más informativos y apuntan a nuestra capacidad de reflexión. El espacio público que se construye en las redes no es el espejo fiel de nuestra sociedad, sino el de nuestras emociones” sentencia Patino.

BRUNO PATINO
Periodista francés, escritor y actual presidente del canal franco-alemán ARTE, publicó, hace unos años, su brillante ensayo La civilización de la memoria de pez.

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