jueves, 21 septiembre 2023
ruido politico

Escapar del ruido político para prevenir el deterioro de la salud mental

El ruido informativo es una manera de llamar a toda esa cantidad de información que recibimos constantemente en nuestro día a día; las 24 horas de los 7 días de la semana. En este siglo XXI el despliegue de noticias e información que recibimos de forma instantánea través de nuestros móviles supone un bombardeo constante que genera una gran cantidad de ruido.

Es tal la saturación que nos provoca – en especial cuando solo recibimos imputs de malas noticias – que este proceso puede derivarnos en el conocido como infoxicación (sobrecarga de información) y por tanto una incapacidad para gestionar todos los impactos recibidos en el día a día.

La sobrecarga de información es cada vez más evidente, y por tanto el hartazgo de la gente. Especialmente cuando se trata de asuntos políticos diarios hay un malestar que puede desembocar en un deterioro del bienestar mental.

La polarización política, las malas praxis políticas…buena parte de la culpa de una clase política que actualmente no goza del mayor prestigio y que a tenor de los últimos estudios da más disgustos que alegrías entre la población.

De acuerdo a una nueva investigación de la Universidad de Toronto – y que se hace eco El País – el ruido político se filtra en la vida diaria, afectando negativamente a la salud mental. Dicho estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología relaciona el consumo constante de información política con mayor estrés y deterioro del bienestar emocional.

“Cuando se trata de política, puede haber un compromiso entre sentirse bien y hacer el bien”, dijo Brett Q. Ford, doctorada y profesora asistente de psicología en la Universidad de Toronto. “Protegerse del estrés de la política puede ayudar a promover el bienestar, pero también tiene un costo para mantenerse comprometido y activo en la democracia”.

“La política no es solo algo que afecta a las personas cada cuatro años durante la temporada electoral, parece filtrarse en la vida diaria. Pero simplemente no sabemos mucho sobre el impacto que podría tener la política en el día a día”, dijo Ford.

Para obtener más información, ella y sus colegas comenzaron pidiendo a una muestra políticamente diversa de 198 estadounidenses que respondieran una serie de preguntas cada noche durante dos semanas sobre el evento político en el que pensaron más ese día, las emociones que sintieron en respuesta, cómo manejaron esas emociones, su bienestar psicológico y físico general ese día, y qué tan motivados se sintieron para participar en la acción política.

En general, los investigadores encontraron que pensar en eventos políticos diarios evocaba emociones negativas en los participantes, a pesar de que la pregunta de la encuesta no había pedido a los participantes que pensaran en eventos políticos negativos.

Los participantes que experimentaron más emociones negativas relacionadas con la política informaron una peor salud física y psicológica diaria en promedio, pero también informaron una mayor motivación para actuar en causas políticas al hacer cosas como el voluntariado o la donación de dinero a campañas políticas.

La encuesta también preguntó a los participantes sobre varias estrategias que podrían haber usado para manejar sus emociones negativas, incluida la distracción de las noticias y la “reevaluación cognitiva”, o reformular cómo pensaban sobre un evento noticioso para que pareciera menos negativo. Los participantes que usaron con éxito estas estrategias para manejar sus emociones negativas reportaron un mejor bienestar diario, pero también menos motivación para tomar acción política.

“La política moderna, sus controversias diarias, descortesía e ineptitud, supone una carga emocional regular para los estadounidenses”, dijo Matthew Feinberg, doctorado, coautor del artículo y profesor de comportamiento organizacional en la Escuela de Administración Rotman de la Universidad de Toronto.

Esto tiene implicaciones importantes, particularmente para los activistas que desean involucrar a las personas en la defensa de causas políticas sin dañar su salud mental, según los investigadores.

Redacción
En Positivo

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