miércoles, 29 noviembre 2023
economia

No tenemos una economía de mercado, sino una de rescate a las compañías elitistas. NOAM CHOMSKY

Vivimos una situación geopolítica compleja con varios frentes abiertos sumados a una crisis socioeconómica a nivel global.  Siempre es importante valorar las distintas visiones que en estos momentos pueden dilucidar la resolución de los conflictos que se plantean.

El estadounidense Noam Chomsky es una de las voces a considerar por su valentía a contracorriente del establishment. Profesor de instituto emérito en el departamento de lingüística y filosofía del MIT y profesor laureado de lingüística y titular de la cátedra Agnese Nelms Haury en el Programa de Medio Ambiente y Justicia Social de la Universidad de Arizona. Uno de los académicos más citados del mundo y un intelectual público considerado por millones de personas como un tesoro nacional e internacional, Chomsky ha publicado más de 150 libros sobre lingüística, pensamiento político y social, economía política, estudios de medios, asuntos de política exterior de EE. UU y el mundo.

Sus últimos libros son The Secrets of Words  (Los secretos de las palabras) con Andrea Moro; MIT Press, 2022); La retirada: Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad del poder estadounidense (con Vijay Prashad; The New Press, 2022); y El Precipicio: El neoliberalismo, la pandemia y la necesidad urgente de un cambio social (con CJ Polychroniou; Haymarket Books, 2021).

A sus noventa y tres años, sigue cultivando su pedigrí de antisistema y prodigándose en medios de comunicación para que su voz no decaiga.

Chomsky no es un yanqui al uso y sigue siendo muy crítico con el imperalismo estadounidense, al igual que los últimos movimientos dados en la guerra de Ucrania.

Si bien deshonra lo que “fue una invasión criminal, nunca una “operación militar especial” desde el Kremlin, no es menos cierto que opina que desde el otro bando no se han explorado todas las posibilidades.

Tal y como explica para la revista Ethic “La respuesta de Occidente ha consistido en lidiar con la guerra militarmente, olvidándose de la otra dimensión: la diplomacia. Una guerra termina ya sea por resolución diplomática o por la capitulación. La resolución diplomática implica que ambas partes estarán dispuestas a poner fin a la guerra, aunque ninguna de ellas obtenga lo que quería.

Chomsky se desmarca de la actual posición estadounidense y cree necesario explorar un acuerdo de paz “de acuerdo a dos condiciones. La primera es la declaración de Ucrania como un país neutral. Esto significa que no podría formar parte de la OTAN, hecho que a Rusia le inquieta y que ha constituido uno de los motivos aparentes de la invasión.

En segundo lugar, se debería celebrar un referéndum supervisado por la comunidad internacional en el que se establezca la soberanía de las repúblicas del Donbás. Quedaría excluido del tratado el asunto de Crimea. Este debería ser abordado en el futuro, una vez la situación se haya apaciguado”.

De lo contrario el impacto de la guerra será solo el comienzo con innumerables pérdidas para todos. Como dijo en otra reciente entrevista “escalar la guerra en Ucrania frente a tales realidades alcanza niveles de imbecilidad que son difíciles de expresar con palabras”.

El politólogo y activista se moja en todas las cuestiones demostrando que va por libre. También ha criticado el movimiento woke y la cultura de la cancelación, porque “lo que uno no puede hacer es luchar contra ninguna ideología reprimiéndola. No solo la censura está mal por principio, sino que simplemente no funciona y acaba generando el efecto contrario”.

A los racistas, por ejemplo, les gusta que les cancelen porque les permite construir una historia en la que ellos son los buenos, quienes defienden la libertad y los derechos humanos. Algo igual ocurre cuando evitas que alguien acu- da a tu campus universitario a impartir una charla. Su cancelación es maravillosa porque aumenta su prestigio. De hecho, el Partido Republicano hizo de esto uno de los ejes de su campaña en las últimas elecciones. La cancelación, por un lado, está mal y, por otro, es estúpida”.

Otra de sus críticas es la de un estado débil a merced de los dictámenes del neoliberalismo “durante los años neoliberales ocurrió un esfuerzo consciente para desindustrializar el país. Se externalizó la mano de obra en el extranjero porque era más barata, generaba mejores ganancias y no había que enfrentar presiones medioambientales. Además, tras la desregulación emprendida por Reagan, la economía se convirtió en un conjunto financiero de juegos que dio alas al robo puro y duro.

En consecuencia, no tenemos una economía de mercado, sino una de rescate donde las principales entidades pueden tomar los riesgos que deseen porque saben que el contribuyente de a pie le pagará el rescate amigablemente. Es, por así decirlo, una economía de casino. Como resultado, encontramos un país que en la dimensión social está en desmoronamiento”.

NOAM CHOMSKY
Es un lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense de origen judío. Es profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts

Redacción
En Positivo

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