Estos días el tenista Rafael Nadal agrandó más su leyenda. Luciendo imbatible, ganó el 14° título del Abierto de Francia, conocido habitualmente como Roland Garros.
El manacorí amplió su récord de individuales masculinos de 22 títulos de torneos de Grand Slam con una victoria en sets seguidos sobre el octavo sembrado Casper Ruud.
Esta vez parecía que llegaba más corto a los partidos de tierra batida, con el agravante de una lesión en el pie donde los médicos aseguran que nadie con tal problema podría competir. Nadal dijo que solo para poder jugar el torneo necesitaba inyecciones de analgésicos antes de cada ronda que le dejaban el pie entumecido, como si se hubiera quedado dormido.
Además entre sus competidores, Novak Djokovic parecía estar recuperando impulso. Carlos Alcaraz, el joven español y estrella revelación, parecía estar subiendo como un cohete.
Pero una vez más Nadal lo hizo como el coloso de la tierra batida que es, pero sin pies de barro. Porque la humildad de Rafa a pesar de tantas victorias es siempre la misma.
Además a sus 36 años se convierte en el hombre de mayor edad en ganar el Abierto de Francia, superando a su compatriota español Andrés Gimeno, quien ganó el título en 1972 a los 34 años.
Durante su trayectoria Nadal ha pasado momentos de enorme dificultad. Las lesiones le han perseguido desde hace años pero se ha repuesto, le han querido jubilar pero aún no han podido, toda vez que lógicamente se va acercando el momento y su futuro es incierto debido a la nueva y grave lesión.
Nadal ha forjado a fuego su leyenda dentro y fuera de las canchas. Nadie le ha regalado nada y todo lo que ha conseguido es un compendio de muchas cosas.
Más allá de su indudable talento, su sólida mentalidad le hace no dar por perdido ningún punto, no perder la concentración y sobreponerse a toda adversidad. Enfoque diario, intensidad y compromiso.
La motivación es otro factor esencial para no perder la ilusión y la confianza de aquel niño. Su tío Toni Nadal contaba recientemente cómo utilizaba otras historias para motivarle. Ejemplos del deporte y de otra gente inspiradora de la sociedad “”Recuerdo cuando le conté, en una lesión que tuvo, la amputación de las dos piernas de Irene Villa y cómo seguía haciendo vida normal”.
Nadal también es un rara avis por no sucumbir a los cantos de sirena de la fama. Cuando hay demasiado ejemplos negativos de cómo se abusa de la fama y la fortuna, en cambio él ha demostrado una integridad personal y profesional.
Cuando las trágicas inundaciones destrozaron el municipio mallorquín de Sant Llorenç des Cardassasr, Rafa Nadal se sumó como uno más a los voluntarios para ayudar con sus manos a quitar el barro. Además la estrella del tenis recaudó un millón de euros que se repartieron entre todos los afectados.
Nadal ha volcado su solidaridad a través su fundación que vio la luz en el año 2010 consolidándose como una gran apuesta personal del tenista que pretendía llevar a cabo un gran proyecto que mirase por la inclusión social de los más pequeños y por el ensalzamiento de los valores del deporte proyectados en la educación.
Una vez se había convertido en uno de los mejores jugadores del mundo, el siguiente reto era utilizar su imagen, reconocida como un reclamo en todo el planeta, para ayudar en lo máximo posible y devolverle así a la vida parte de lo que le había dado.
Por tantos motivos no es raro que su figura trascienda el tenis y sea el héroe intergeneracional, de niños y mayores, en el que se ha convertido.
Redacción
En Positivo
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