Ser feliz es un deseo universal para vivir una vida plena, pero no siempre es fácil. Aspirar a la felicidad es una entelequia puesto que los seres humanos somos emocionales y depende de muchos factores.
¿Se puede medir la felicidad? Por sorprendente que parezca, la respuesta es sí. En el Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague miden la felicidad desde 2012. Pero, ¿cuál es el propósito de medirla? Y, lo que es más importante, ¿se puede alcanzar la felicidad?
Si alguien sabe de felicidad y cómo hallarla ese es Alejandro Cencerrado, licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid, experto en Estadística y analista de big data del Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague (Dinamarca). Aplicando los algoritmos más avanzados, ha extraído las dinámicas internas de su propia felicidad y los factores diarios que más afectan a su bienestar.
Cencerrado hace más de 6.000 días -más de 16 años- que empezó a anotar su felicidad y midiéndola del 0 al 10, lo cual le hizo todo un estudioso sobre la materia.
El físico ha volcado este conocimiento en un libro para todo el público ‘En defensa de la infelicidad’ donde nos enseña su método y cómo aplicarlo en la vida cotidiana.
También nos invita a reflexionar sobre los claroscuros que envuelven esta cuestión tan trascendental para las personas y que afecta a los cimientos mismos de nuestra sociedad denominada “sociedad del bienestar”.
Un libro único y revelador en el que disciplinas tan diversas y estrechamente relacionadas como la psicología, la sociología y la antropología se entrelazan para ofrecernos, a través de un análisis científico, una nueva mirada a la más antigua aspiración humana.
De acuerdo a sus averiguaciones lo que está claro es que dinero no es el factor más determinante para la felicidad, sino que es la salud tanto física como mental.
La renta per cápita tiene peso en la felicidad de los países pobres, pero conforme sube el nivel de vida, el dinero deja paso a la salud. Las enfermedades, tanto físicas como psíquicas, tienen la llave cuando el dinero está garantizado.
Es por eso que Cencerrado lanza un mensaje “Para aumentar la felicidad en los países ricos, lo más importante es invertir en salud”.
Lo que ha visto en su conocimiento es que la felicidad depende bastante del contexto social, el trabajo, el tiempo libre y las circunstancias materiales. “Si realmente necesitamos tener un estado de bienestar, debemos comenzar a preguntar a las personas cómo se sienten realmente”.
“Medir el progreso mediante la evaluación del producto bruto de la vivienda (PIB) tenía sentido cuando había una mayor privación de materiales. Pero ahora que la supervivencia está un poco asegurada, se debe descubrir otra forma”, dice.
“Estamos viendo cada vez más problemas de ansiedad, desesperación, problemas de consumo y no sabemos qué hacer, porque medimos el progreso en función de la riqueza, que está aumentando en muchos países mientras que el bienestar está cayendo”, explica.
Las principales amenazas a la felicidad son la soledad, la enfermedad psicológica, el desastre de la confianza y la creciente desigualdad social.
Redacción
En Positivo
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