jueves, 21 septiembre 2023
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En la guerra de Ucrania la prioridad debe ser salvar vidas humanas. NOAM CHOMSKY

Todas las guerras por suerte terminan pero el espectáculo en torno al final de una guerra puede ser engañoso. Cabe recordar cómo la conclusión de la Segunda Guerra Mundial marcó el comienzo de la Guerra Fría. Y, a pesar del colapso de la Unión Soviética, es posible que la Guerra Fría no haya terminado.

El prolongar la guerra de Ucrania sería terrible para un país que ya está sufriendo mucho y para Occidente, que se enfrentaría a años de inestabilidad en Europa y la constante amenaza de un desborde. Una guerra a largo plazo también se sentiría a nivel mundial, lo que probablemente provocaría olas de hambruna e incertidumbre económica.

Lo sabe bien el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien ha dicho que la probabilidad de más conversaciones de paz con Rusia en Turquía dependía del líder del Kremlin, Vladimir Putin, pero que Kiev quería que se celebraran conversaciones sustantivas en un esfuerzo por “poner fin a la guerra”. Al tiempo que añadía “Creo que quien haya comenzado esta guerra podrá terminarla”.

El considerar la opinión de diplomáticos y expertos en geopolítica es fundamental para esclarecer el camino de una salida lo más razonablemente posible.

Merece la pena leer las declaraciones del el académico y activista destacado Noam Chomsky en una reciente entrevista con Truthout. Analiza el contexto desde una postura racional y dice que se debe priorizar salvar vidas humanas –y no considerar ahora prioridad castigar a Rusia– para determinar los pasos a seguir.

“Nuestra preocupación principal debe ser pensar cuidadosamente qué podemos hacer para poner fin rápidamente a la invasión criminal rusa y salvar a las víctimas ucranias de más horrores.

Desafortunadamente, hay muchos que encuentran más satisfactorios los pronunciamientos heroicos que las tareas necesarias. No es una novedad en la historia, desgraciadamente. Como siempre, debemos mantener el tema principal claramente a la vista y actuar en consecuencia”.

Chomsky plantea la posibilidad que de dos escenarios para poner fin a la guerra: un acuerdo negociado diplomáticamente, o la destrucción de una de las partes, ya sea con una agonía veloz o prolongada.

“No será Rusia la que quede destruida” advierte “No es objeto de controversia el hecho de que Rusia tiene la capacidad de desaparecer a Ucrania, y si Putin es puesto entre la espada y la pared, la usará. Esa es seguramente la expectativa de quienes retratan a Putin como un “loco” inmerso en alucinaciones de nacionalismo y aspiraciones globales absurdas”.

Para el escenario diplomático las bases parecen claras, a pesar de las reticencias estadounidenses.

“La estructura básica de un acuerdo diplomático se tiene clara desde hace mucho tiempo y ha sido reiterada por el presidente ucranio, Volodymir Zelensky. Lo primero es una neutralización de Ucrania y darle un estatus como el de México y Austria. En segundo lugar, está quitar de la mesa el tema de Crimea. Tercero: llegar a acuerdos para que exista un alto nivel de autonomía en el Donbás, quizá con arreglos federales en términos que, de preferencia, se sometan a un referendo patrocinado por la comunidad internacional”.

El académico pide más colaboración al gobierno estadounidense para explorar esta vía diplomática, y reclama intentarlo. “Lamentablemente, las voces racionales, sin importar cuán respetadas, están en los márgenes de la discusión y dejan al centro a aquellos que quieren castigar a Rusia… hasta el último ucranio” comenta.

Chomsky recuerda la mala praxis de los sucesivos gobiernos estadounidenses para cerrar las guerras, y reclama que esta vez sea diferente “¿Hizo el presidente Bush algo más en 2003 para “ayudar al pueblo iraquí”? Esa molesta pregunta debería hacerse a quienes cometen el pecado de  decir ¿Y qué me dices de ti?”.

“Volviendo al punto esencial, deberíamos hacer lo posible por poner fin a la agresión criminal y hacerlo de una forma en que salve a los ucranios de más sufrimiento y la posible desaparición. Lo que podría ocurrir si Putin y su círculo son acorralados sin salida.

Los llamados a que un movimiento popular presione a Estados Unidos a revertir su política oficial y se una a la diplomacia y a la visión de Estado. Medidas punitivas (sanciones, apoyo militar para Ucrania) pueden justificarse si contribuyen a que la situación termine, pero no si están diseñadas para castigar a Rusia mientras se prolonga la agonía y la amenaza de la destrucción de Ucrania con indecibles ramificaciones para el futuro” sentencia.

NOAM CHOMSKY
Es un lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense.. Es profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX.

Redacción
En Positivo

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