El hyperloop de alta velocidad y bajas emisiones de carbono remodelarán nuestras ciudades y cambiarán la forma en que viajamos.
Hyperloop es el concepto futurista de tren en un tubo de vacío popularizado por Elon Musk y que a modo de transporte promete viajar cerca de la velocidad del sonido.
El libro blanco de Musk, publicado hace casi una década, imaginaba conectar San Francisco con Los Ángeles, donde hoy por hoy los automovilistas pasan el equivalente a cinco días al año atrapados en embotellamientos, a través de un hyperloop de 380 millas en solo 35 minutos.
Desde entonces, se han invertido millones de dólares en modelado, investigación y estudios de viabilidad en todo el mundo, desde Edimburgo hasta Bangalore.
Sin embargo la idea es mucho más antigua de lo esperado. Allá por 1799, el visionario inventor británico George Medhurst patentó una versión steampunk para mover mercancías a través de tuberías de hierro usando aire comprimido.
En los diseños modernos, las cápsulas de pasajeros levitan por encima o se ciernen por debajo de las pistas magnéticas para un viaje sin fricciones como una “alfombra mágica”. Para eliminar la resistencia del aire que limita la velocidad, las cápsulas son impulsadas dentro de tubos de vacío por más (en teoría) electromagnetismo libre de emisiones, moviéndose fluidamente alrededor de la red bajo un comando digital inteligente. Rápido, bajo demanda y sin horarios.
Virgin Hyperloop ya realizó las primeras pruebas exitosas con pasajeros en el desierto de Las Vegas. Hyperloop tiene mucho a su favor: las personas pueden viajar de forma rápida y flexible, idealmente sin ningún tipo de transbordo.
Las mercancías se pueden transportar rápidamente de A a B, algo que es muy importante en la era de la entrega en el mismo día. También vale la pena señalar que los hyperloops tienen huellas de carbono notablemente más pequeñas que los aviones, por ejemplo.
En Europa, Hardt Hyperloop, uno de los tres líderes mundiales, recibió un impulso de 15 millones de euros (12,5 millones de libras esterlinas) de Bruselas en octubre pasado. La empresa utilizará el efectivo para proyectos de investigación y desarrollo basados en el próximo Centro Europeo Hyperloop en Groningen, Países Bajos.
El estudio de prefactibilidad de Hardt para un hyperloop de carga y pasajeros entre Amsterdam, La Haya y Rotterdam sugiere que podría sacar 1.100 camiones por día de las carreteras, mejorando la calidad del aire, reduciendo las emisiones y eliminando la congestión. En cuanto a la carga humana, la estimación es de 20.000 pasajeros por hora.
Tim Houter, cofundador de Hardt Hyperloop, dijo que establecer una ruta en los Países Bajos dentro de esta década significaría que Europa está en camino de ahorrar 160 megatoneladas de emisiones de carbono cada año.
Ciudades de todo el mundo están incorporando Hyperloop en sus planes a largo plazo. Sin ir más lejos en febrero de este año en febrero participaron más de 50 ciudades y regiones de 15 países europeos en la iniciativa Hyperconnected Europe.
Redacción
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