lunes, 11 diciembre 2023

La pandemia diagnostica la disfuncionalidad arraigada del capitalismo. NANCY FRASER

La pandemia se suele decir que ha mostrado todas las costuras que tiene nuestro actual sistema, es decir que ha evidenciado más si cabe distintos problemas estructurales que veníamos arrastrando sin hallar soluciones de fondo.

Y si bien es cierto que esta pandemia ha afectado a toda la humanidad; que se puede decir ha democratizado su padecimiento tanto a ricos como a pobres. No es lo mismo afrontar las consecuencias sanitarias y socioeconómicas si se tiene un estatus más alto que bajo.

La teórica crítica Nancy Fraser, feminista y marxista no ortodoxa, expuso su visión sobre la crisis general del sistema en que vivimos a nivel global en una reciente entrevista para Florencia Angilletta en Le Monde diplomatique.

Comparte la opinión que la pandemia ha actuado como paradoja de la igualdad (todas las personas son vulnerables) y al mismo tiempo desigualdad (cuando esas mismas personas afrontan la pandemia con mayor o menor protección en función de su capital).

Tal y como explica “Veo al COVID-19 como una tormenta perfecta de irracionalidad e injusticia capitalista. La pandemia es el punto en el que convergen todas las fallas y contradicciones del sistema (…) lo que la pandemia diagnostica, en realidad, es la disfuncionalidad profundamente arraigada del capitalismo”.

En este sentido según argumenta ha servido como catalizador para mostrar todas las luces y especialmente sombras que encierra el sistema.

“La pandemia revela el impulso inherente del capital de canibalizar la naturaleza hasta el mismo borde de la conflagración planetaria; de desviar nuestras capacidades de las labores verdaderamente esenciales de la reproducción social; de eviscerar el poder público al punto de no poder resolver los problemas que el sistema genera; de alimentarse de la riqueza y la salud cada vez menores de las personas racializadas; de no sólo explotar, sino también expropiar, a la clase trabajadora. No podríamos pedir una mejor lección de teoría social”.

Muchos de los fallos en la atención sanitaria y sistema de bienestar no son fruto de la pandemia sino de su desmantelamiento en años anteriores, por lo que “los resultados son trágicos, pero no sorprendentes. Un sistema social que somete los asuntos de la vida y la muerte a la “ley del valor” estaba estructuralmente preparado desde el principio para abandonar a millones de personas a su suerte frente al COVID-19”.

Para Fraser, las desigualdades son múltiples; desde un punto de vista racial porque las comunidades migrantes lo pasan mucho peor pues “se les ha negado durante mucho tiempo el acceso a las condiciones que promueven la salud: acceso a una atención médica de alta calidad, agua limpia, alimentos nutritivos, condiciones de trabajo y de vida seguras.

No es de extrañar, pues, que sus miembros se infecten y mueran de forma desproporcionada a causa del COVID. Las razones no son misteriosas: pobreza y atención sanitaria inferior; condiciones de salud preexistentes relacionadas con el estrés, la mala nutrición y la exposición a toxinas; sobrerrepresentación en trabajos de primera línea que no pueden realizarse a distancia”.

Pero también desigualdades de género “que tiene sus raíces en el capitalismo, que infravalora crónicamente las tareas de cuidado y fomenta las crisis de reproducción social. Hoy lo vemos claramente. El mismo régimen neoliberal que se desprendió de la infraestructura de los cuidados públicos también quebró los sindicatos y redujo los salarios, obligando a aumentar las horas de trabajo remunerado por hogar, incluso de cuidadores/as principales.

De este modo, descargó el trabajo de cuidados en las familias y las comunidades justo en el momento en que también estaba requisando las energías sociales que necesitábamos para realizar ese trabajo. El efecto fue una crisis de cuidados aguda, que surgió incluso antes de la pandemia y que se ha intensificado. Como sabemos, el COVID descargó nuevas e importantes tareas de cuidado en las familias y comunidades, ya que el cuidado de la niñez y la escolarización se trasladaron a los hogares de las personas durante el confinamiento.

La carga recayó sobre todo en las mujeres, que siguen realizando la mayor parte de las tareas de cuidado no remuneradas”.

Fraser no habla de una crisis pandémica sino sistémica que hunde sus raíces a distintos niveles “No es “sólo” una crisis económica. También es una crisis ecológica, política y de reproducción social. No podemos entender lo que está pasando a menos que adoptemos una visión ampliada del capitalismo, que problematice la relación de la economía con sus condiciones de fondo no económicas. La visión tradicional del capitalismo como sistema económico no puede aclarar la situación actual”.

Critica el sistema porque “la pandemia nos muestra que el libre mercado no puede hacer lo que es necesario para garantizar que vivamos de manera decente (…) Creo que el neoliberalismo como filosofía hegemónica está muerto: sigue en el poder, pero ya no tiene credibilidad” sentencia.

NANCY FRASER
Es una filósofa política, intelectual pública y feminista estadounidense. Ha ejercido como profesora de ciencias políticas y sociales. En la actualidad es profesora de filosofía en The New School en Nueva York.​

Redacción
En Positivo

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