jueves, 07 diciembre 2023

Las “puertas giratorias” en los medios de comunicación. JORGE DOBNER

“La mía no es una vocación, es una misión” decía Ryszard Kapuściński, considerado uno de los grandes maestros del periodismo moderno.

Este compromiso social que se presupone con una profesión tan exigente hoy está demasiada mediatizada por políticos e intereses empresariales.

A tal punto que los medios de comunicación, e incluso formatos presumiblemente serios, se han convertido en una especie de “cajón de sastre” donde cabe todo y se confunde lo que dice el periodista con el tertuliano de turno.

Los límites parecen diluidos y el trabajo de fondo del periodista, que en las facultades se enseña construir en el rigor y veracidad, se equipara con la ocurrencia de la nada de otros contertulios.

Con razón se dice que la ignorancia es atrevida cuando aquellas personas menos competentes en un determinado campo sobreestiman sus habilidades.

Piensan que saben mucho pero ni siquiera tienen la formación necesaria para ocupar unos puestos que antes de este proceso de gran mediatización lo ocupaban los profesionales del periodismo que reunían más méritos y demostraban más capacidades.

No le pidan a estos sujetos códigos deontológicos porque desconocen el oficio, y si la “cagan” solo les queda una huida hacia delante. Amparados por una “cortina de humo” de los conglomerados mediáticos que los protegen y se benefician de la instantaneidad que hoy impera para cambiar de tema y pasar página.

Políticos, nuevos tertulianos, famosos, famosillos…podrán tener su opinión como ciudadanos pero serán cualquier cosa menos que un periodista, a los sumo propagandistas o voceros que deben sus “sillones” a quienes han considerado ponerlos. No por ser expertos elegidos sino porque su presencia puede generar polémica y/o atracción de la audiencia.

Zapatero a sus zapatos. Este desprestigio al que someten a la profesión, sería impensable para otras profesiones. Igual que no hay médicos cardiólogos que atiendan el aparato digestivo o  ingenieros de caminos no se dedican a la química.

Cuidado de aquellos que pusieran su salud en manos en influencers, no se entiende pues que se deposite la confianza en el manejo de “información” sobre aquellos que pueden “entretener” cual bufones en la corte pero tienen desconocimiento para “informar” debidamente o al menos con un mínimo de profesionalidad.

Estas “puertas giratorias” en los medios de comunicación deben ser examinadas por la audiencia para no darles legitimidad. Los intereses que encierran son ocultos.

A lo peor estas nocivas dinámicas están siendo asumidas por algunos periodistas, que temerosos de perder cuota de pantalla o notoriedad olvidan las lecciones que estudiaron, para sumarse al carro del sensacionalismo y vulgaridad.

No olviden que los periodistas ofrecen un servicio público a la ciudadanía como recolectores activos y divulgadores de información.

Se deben a su objetividad para ser creíbles. Deben ser autónomos, libres e independientes en su trabajo y tener un sentido de ética, validez y legitimidad.

JORGE DOBNER

Editor

En Positivo

Leer más:

Los ismos que envenenan. JORGE DOBNER
Los medios sociales son como un fertilizante para campos de exterminio. Entrevista a MARIA RESSA
La nube tóxica de la crispación
La difusión del malestar

 

Recibe nuestro boletín semanal
con lo más positivo de los medios

Opiniones

Descarga gratuita

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad