El coronavirus no solo ha causado una crisis pandémica sanitaria sin precedentes en nuestra historia contemporánea sino que ha supuesto la contracción económica mundial más severa desde al menos la década de 1930.
Después de tantos meses de incertidumbre, confinamientos y cuarentenas y por fin con la reapertura completa de la economía a la vista, lo que Europa necesita para salir fortalecida de la pandemia cambiará.
En esta ocasión – y a diferencia de la crisis del 2008 – la UE sí que reaccionó para brindar apoyo inmediato: se suspendieron las reglas de ayudas fiscales y estatales y se introdujeron poderosos instrumentos comunes; el Banco Central Europeo (BCE) adoptó acciones extraordinarias para ayudar a la economía a absorber el impacto y flexibilizó las reglas de capital bancario.
El gasto de los hogares constituye la mayor parte de la economía en la mayoría de los países, y la recuperación depende en gran medida de que los consumidores recuperen la confianza para aumentar el gasto desde niveles ultrabajos.
Por suerte estamos viendo como ese consumo interno se va recuperando. Los centros de entretenimientos, los bares, los cines, las tiendas de barrio…las personas empiezan a visitar lugares concurridos como antes de la pandemia y consumen productos. A destacar la reactivación del consumo local que tan perjudicado se ha visto.
Pero el éxito para salir de la crisis, y convertirla en oportunidad, dependerá de cómo reformamos la forma en que se gobierna, se combate la desigualdad preexistente y gestiona la economía con una mejor redistribución.
Y es que no se podría soportar otra crisis; donde los ricos se hagan más ricos y los pobres y clases medias se hundan en la miseria. Por eso la necesidad de aplicar una mayor dosis de justicia social para recuperar la economía en base a una mejor cohesión.
En este sentido, en el gobierno español se vislumbran algunos síntomas de medidas positivas y muestran un camino diferente para combatir la desigualdad.
Con un trabajo basado en la eficacia y la discreción el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y la vicepresidente y ministra de trabajo y economía social, Yolanda Díaz, han encontrado un punto común para paliar la situación.
Por lo pronto ya se ha previsto un plan de ayudas de 200 millones de euros para la isla de La Palma sumida por la catástrofe de la erupción del volcán y que ha dejado a tanta gente en la calle sin vivienda. Urgente y necesario este plan para la reconstrucción de infraestructura, suministro de agua, empleo, agricultura, turismo y beneficios.
También el aumento de 15 € finalmente (un 0,9% respecto al SMI actual), que aunque exiguo, muestra de forma simbólica la intención de subirlo progresivamente a medida que la situación económica vaya mejorando.
Igualmente ayudas al alquiler de 250 euros al mes para jóvenes de 18 a 35 años con rentas de hasta 23.725 euros y las familias más vulnerables podrán recibir ayudas adicionales al alquiler que cubrirán “hasta el 40%” del importe mensual de la renta. Así como las limitaciones a los grandes propietarios y a los abusos de los fondos buitre.
Y como gesto a los más jóvenes, un bono cultural de 400 euros para aquellos que cumplan 18 años en 2022 igual que venían haciendo otros países como Francia e Italia.
En su conjunto son políticas que pueden ser en parte esperanzadoras para familias y personas que lo han pasado mal durante esta pandemia y aún sufren las consecuencias.
Contrasta con la hipocresía de las élites económicas y ciertos dirigentes que no tanto se escandalizan por las recientes revelaciones de los Pandora Papers que descubre 12 millones de documentos sobre las fortunas de personas poderosas, incluidos más de 330 políticos de 90 países y las complejas redes que se construyen en el mundo de los negocios para mover dinero.
Mientras en su mayoría, aún con discrepancias, se trabaja por intentar sacar la situación adelante, sorprende como la convención del PP de Pablo Casado se convirtió esta semana en bochorno.
Una cita del partido conservador español que anunciaron a bombo y platillo, pero con suerte para ellos se negaron asistir buena parte de sus homólogos europeos, y que reunió a la flor y nata de corruptos declarados por sentencia y tránsfugas advenedizos varios.
Lo que muestra el nivel de desnortamiento de este partido – quien amagó en boicotear en su día la llegada de fondos europeos a España – , ni tan siquiera lejos de ser liberal, como hemos visto en una vuelta a las esencias más carcas en un estilo ultraconservador católico y revival del discurso de Manuel Fraga en temas como el aborto, la eutanasia o marginación de las mujeres en política como bien señalaba una de las ponentes en tan desafortunada convención
Y aun cuando la política no despierta en general las mayores simpatías y se requiere una renovación de liderazgos, especialmente más protagonismo y cuota de poder femenina.
Hay ciertas medidas positivas que merecen ser señaladas y pueden indicar una buena senda para esa recuperación tan ansiada.
JORGE DOBNER
Editor
En Positivo
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