La libertad de prensa o la libertad de los medios de comunicación es un derecho fundamental en democracia en el libre ejercicio de la comunicación y la expresión a través de diversos medios, incluidos los medios impresos y electrónicos.
Tal libertad implica la ausencia de interferencia de un estado extralimitado y su preservación puede buscarse a través de la constitución de los países en plena democracia u otra protección y seguridad legal.
Sin embargo para considerar que existe la plena libertad del periodismo no basta con unos derechos que lo amparen, sino también una libertad financiera no supeditada a intereses públicos o privados que garantice que el medio en cuestión pueda publicar sus informaciones sin interferencias externas.
Con la digitalización de los medios se han eliminado costosos gastos en rotativas pero al mismo tiempo se comprueba una dependencia cada vez mayor de los ingresos provenientes de los anuncios online. Así lo detallan en un completo informe aportado por voxeurop.
“En efecto, en el segundo trimestre de 2020, el New York Times anunció que, por primera vez en su historia, los beneficios provienen de su versión digital superado a los de la versión impresa. Las suscripciones digitales aumentaron un 30%, alcanzando un volumen de 146 millones de dólares, contra los 147 millones de dólares que significaron las ventas de la versión en papel. Por otra parte, los ingresos por la publicidad digital alcanzaron los 39,5 millones de dólares, mientras que los de la publicidad impresa cayeron un 55%, situándose en 28 millones de dólares”.
Asimismo un análisis del tráfico digital de los seis medios más importantes del Reino Unido muestra que más de un tercio de sus visitantes proviene de Google y de Facebook que dominan el mercado como un duopolio.
Lejos de revertirse esta tendencia sigue al alza con la plena incorporación de los medios al entorno digital. Es por eso que los legisladores y medios de comunicación europeos luchan desde hace ya un tiempo por una distribución más justa de los ingresos.
“Una de las directivas sobre los derechos de autor de la Unión Europea, conocida como el artículo 11, estima que los editores de prensa tienen derecho a una compensación por parte de Google por el uso digital de los extractos de sus obras.
Según los editores, la exhibición de estos fragmentos puede disuadir a los lectores de la necesidad de leer el artículo completo, lo que tiene como consecuencia una pérdida de visitas y, por consiguiente, una disminución de los ingresos”.
Redacción
En Positivo
Leer más:
Sí, la prensa puede manipular. VÍCTOR LAPUENTE
Para cambiar el mundo, primero hay que cambiar los medios de comunicación. Entrevista a NOAM CHOMSKY
Cuando el poder mediático doblega al representativo. EMELINDA FERNÁNDEZ SORIANO Y JUAN TORRES LÓPEZ