domingo, 02 abril 2023

No influye quien quiere. ANTÓN LAYUNTA

Según indica la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) en su reciente informe “Marco General de los Medios en España 2021”, en el que ofrece una visión general de audiencias de los diferentes medios españoles a partir de datos 2020 obtenidos del EGM (Estudio General de Medios) según este informe marco la oferta de comunicación a través de Internet sigue atrayendo a millones de nuevos usuarios y lidera el consumo de comunicación mundial mientras los soportes convencionales, televisión, radio, editorial, según ese informe persisten en la lenta caída de influencia pública de los últimos EGM.

Hemos llegado al día en el que quince medios generalistas españoles con presencia en Internet, como son; El País, El Mundo, La Vanguardia, OK Diario, El Diario, El Confidencial, La Voz de Galicia, Vozpòpuli, 20 Minutos, El Huffpost, El Español y El Periódico, se pueda certificar que la suma de los seguidores de todos estos medios en Twiter alcanza los 22,7 millones, una cifra casi cuatro millones inferior al número de personas que siguen a un influencer español que, él solito, tiene 26 millones de seguidores.

La derrota en el número de visualiaciones de contenidos no es menor. La segunda tiktoker española que supera los 16 millones de seguidores con uno solo de sus vídeos ha recibido más de 96 millones de clics, mientras que la comparecencia de  Pedro Sánchez anunciando el estado de alarma, por poner un ejemplo, sumadas las audiencias de todas las cadenas que lo emitieron en directo obtuvo una audiencia estimada a los 18 millones de espectadores. Son cifras inimaginables para cualquier medio de comunicación tradicional y todo ello además con un coste de producción incomparable.

Y  ante la insuficiente aparición de novedades audiovisuales en el mercado internacional, la demanda supera en muchísimo a la oferta, los interesados en entretenerse, cuando ya no queda nada nuevo que ver, en las plataformas de streaming también se han de resignar a la repetición pero en ellas como mínimo cada cual puede elegir la película o la serie que no le importa volver a ver.  El porcentaje de individuos que han optado por la televisión de pago entre la tercera ola de 2019 y la de 2020, pasó del 57,0 al 64,8% según el citado informe marco de la AIMC. Y en el caso de las plataformas en streaming ganaron 11,3 puntos porcentuales (hasta el 52,8%), mientras que las tradicionales, vinculadas a operadoras de telecomunicaciones, ganaron 1,3 puntos (hasta el 34,9%)

En cuanto a consumo de contenidos por edades el 41% de los usuarios tienen entre 16 y 24 años y, si nos centramos en España, la edad de los usuarios oscila entre 16 y los 25 años, según Globalwebindex, una compañía especializada en el análisis de audiencias. En el caso del perfil de usuario de Instagram tiene una edad promedio de 35 años, pero son los más jóvenes de entre 16 a 30 años los que más utilizan esta red social, de acuerdo con datos de la agencia IAB Spain.

Las edades de los usuarios de redes sociales contrastan con las de los consumidores de televisión, radio o prensa. En la franja de edad entre 35 y 64 años, el 51% confiesa que se informa y consume contenidos a través de la televisión; el 57% usa la radio, el 55% diarios no digitales y el 56,6 los digitales, según datos extraídos del Estudio General de Medios (EGM).

En el artículo que publicó En Positivo que titulé “La comunicación bidireccional está cambiando el mundo” en él ya destaque el pausado pero inevitable cambio antropológico histórico que Internet está favoreciendo con una gran parte de la humanidad retroalimentándose diariamente al margen de la cada vez menos influyente vieja guardia de la comunicación unidireccional.

No es una revolución, se trata de la evolución natural hacia la comunicación democrática, la bidireccional, la que apenas hace medio siglo que nos permite la red Internet. Va lenta porque es profunda.

El radical éxito de los “influencers” certifica lo alejados que están los medios de comunicación tradicionales de lo que realmente interesa especialmente al perfil más joven. También prueba lo equivocada que ha sido la estrategia de pretender imponer masivamente de que se habla en las casas, en los trabajos, en las familias, en público, reduciendo el abanico de contenidos a escaramuzas políticas, desvelar la vida de impresentables, priorizar informativamente las malas noticias, persistir en las tertulias toxicas, en el abuso de películas y series de policías, normalizar la repetición de contenidos,…  circunscrito todo ello en la esfera del mal entendido “entretenimiento” y con la arrogancia propia de los intocables que siempre habían impuesto su relato por haber concentrado todo el poder que les confería dominar los formatos más influyentes de la comunicación que no favorece la réplica.

Los “Influencers” se han visto notablemente beneficiados por esa sostenida y equivocada estrategia de los medios convencionales ya que de haber sido esos medios una competencia real les hubiera costado mucho más tiempo conseguir toda esa envidiable influencia.

Especialmente para los más jóvenes los “influencers” están significando la posibilidad de escapar del embudo de la oferta unidireccional y está claro que han venido para quedarse.

Capacidad para conectar y un universo de temas tan infinito que no hay medio de comunicación convencional capaz de igualar esa oferta. Esos son los pilares básicos sobre los que los “influencers” se están convirtiendo en un factor determinante en la configuración de un estilo de vida diferente.

Cómo todo en la vida el fenómeno de los “Influencers” también tiene su parte indeseada. La libertad de expresión real que ofrece Internet consiente que entre el gigantesco volumen de tráfico que alberga también se encuentren elementos nocivos. Machismo, chantajes, espionaje, estafas, fake news, fascismo,… que democráticamente utilizan esa libertad de expresión para proponer limitarla. Internet no es más que un reflejo totalmente monitorizado de la sociedad planetaria en la que vivimos. Para que libremente se exprese lo mejor de la humanidad hay que abrir la puerta a todos, incluidos los que atentan contra los valores democráticos.

ANTÓN LAYUNTA
En Positivo

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