El escenario del sector televisivo ha cambiado mucho en la última década y más que lo hará en los próximos años ¿A dónde va la televisión? La irrupción de las plataformas digitales ha puesto en jaque a las cadenas televisivas en un escenario de máxima competitividad donde la audiencia es cada vez más fragmentada.
Olvídense de los millones de espectadores viendo en directo un programa de televisión. Hoy la realidad es otra bien diferente y así como las cadenas de televisión también están creando sus propias plataformas online para que la audiencia consuma sus productos en diferido.
Si hablamos de televisiones públicas uno de los mayores referentes sigue siendo la BBC desde el convencimiento de que la mejor manera de trabajar era produciendo contenidos de calidad con acento británico para exportarlo en el mundo.
Caso contrario es el vivido en otros países como España, más condicionados por la politización de la cadena pública y competir con grupos privados en la conquista de los mercados nacionales.
Recientemente José Manuel Pérez Tornero ha sido elegido nuevo director de RTVE con la esperanza de levantar el vuelo en una televisión que ha dado muchos tumbos y vive horas bajas.
Sus declaraciones están llenas de buenas intenciones que se verá cómo pueden materializarse. Por lo pronto Tornero quiere establecer una línea fronteriza entre los híbridos de info-show que tanto crítico el sociólogo Pierre Bordieu, y separar información y entretenimiento.
“En EEUU y en muchos países la televisión cuando intenta luchar por maximizar las audiencias, y estamos en un momento crítico de las audiencias, tiende a cargarse de emoción, de escándalos, de denuncias, y muchas veces, eso está un poco falseado, entre comillas. Eso no nos ofrece un buen mapa de la realidad. A veces nos distrae, nos evade. Pero las noticias interesantes, las noticias con carga humana, son las que merecen atención. Las noticas bien contadas pueden ser atractivas. Imaginemos que la política la convertimos en una discusión vociferante en la plaza pública, con la gente chillando, acumulamos mucho griterío. Al final no hay una población informada.
Entiendo que haya un programa de televisión se vocifere, se discuta, pero no es la misión de la televisión pública. La televisión pública tiene que ser una referencia, que dé seguridad y credibilidad, que sea un faro que oriente y que sirva a los intereses de la ciudadanía” argumenta para el diario La Vanguardia.
Para hacerlo el nuevo director no se marca objetivos cortoplacistas, sino a medio largo plazo, y sin caer en la búsqueda desesperada de audiencia a cualquier precio.
“Yo les he dicho a mis directivos que la audiencia nos preocupa a largo plazo. Salir del bajón de audiencia que tenemos nos costaría un par de años. Si avanzamos mucho más rápido, mejor. Pero le doy un dato significativo: no hemos promocionado nada la plataforma nueva RTVE Play, que es la conversión de RTVE A la carta, aunque aún no es para nada lo que va a ser la plataforma futura, pero ya tenemos cerca de un millón de usuarios. Cuando hagamos el cambio, en octubre o noviembre, y el lanzamiento total, la confianza es que vayamos a un público estable y fiel de millones. Y eso nos va a permitir, sumado a la audiencia tradicional, consolidar un hecho que ya se apunta: que somos una radiotelevisión de referencia”.
Redacción
En Positivo
Leer más:
Reducir la huella machista en los medios. Antón Layunta
Periodismo desde el viaje, conocer lugares a través de imágenes y palabras
Cualquier tertuliano posmoderno puede erigirse como líder de opinión