El doctor Peyo, no es uno cualquiera, un caballo de doma clásica que posee la capacidad especial para detectar aquellos pacientes que padecen un cáncer avanzado, Alzheimer y otras enfermedades graves. Con solo levantar una pata el caballo elije a quienes pacientes visitar en sus habitaciones.
Es él quien los escoge; incluso hay días que rechaza entrar en el hospital y sus cuidadores se lo respetan. El caballo se acerca a los pacientes y se deja acariciar, a la vez que los mira y los lame.
Como es lógico el caballo no puede curar a los pacientes pero desempeña una función esencial terapéutica con beneficios sorprendentes, les transmite su energía y los tranquiliza, consiguiendo que los pacientes hablen o caminen después de meses sin hacerlo.
Peyo visita, desde hace tiempo, hospitales cinco ciudades francesas de Dijon, El Havre, Niza, Antibes y Calais. Consigue estimular a los pacientes, mejora su estado de ánimo y permite reducir la medicación, por eso, esta experiencia ya forma parte de diferentes estudios científicos, no tan solo en el ámbito de lps cuidados paliativos, sino también en geriatría y pediatría.
Su dueño y adiestrador, Hassen Bouchakour, de 31 años, también es una persona peculiar: paciente y generoso, acompaña a Peyo a los hospitales y a las exhibiciones.
Aquí el vídeo donde desde la asociación Cavalls de Calma explican el extraordinario caso del Dr. Peyo que ya ha dado la vuelta al mundo. Sin duda los animales son una bendición del cielo.
Redacción
En Positivo
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