Después de dos años de estancamiento político y cuatro rondas de elecciones, todo está apunto en la conformación de un nuevo gobierno, poniendo así fin a los 12 años de mandato de Benjamin Netanyahu como primer ministro.
Desde el periódico The Washington Post publicaron una extensa crónica de las votaciones en el parlamento israelí a propósito del cambio del gobierno. No sin polémica y con un margen mínimo (60 a 59 votos) para dar poder a una coalición poco probable de partidos de la derecha, el centro y la izquierda de Israel. Los votos elevaron a Naftali Bennett, un líder ortodoxo del movimiento nacionalista religioso de Israel y ex aliado de Netanyahu, como el nuevo primer ministro del país.
Esta coalición histórica comparte el mismo objetivo en la destitución del hasta ahora primer ministro de Israel con la esperanza de “reiniciar” el sistema político, que durante años ha girado en torno al eje de Netanyahu, y que se enfrenta a un juicio por corrupción política y fraude.
El recrudecimiento del conflicto entre Israel y Palestina con nuevas muertes civiles ha sido la gota que colma el vaso para dar luz verde al nuevo “gobierno del cambio” como han llamado.
Aunque el nuevo gobierno está encabezado por el derechista Naftali Bennet, del partido Yamina, el verdadero motor para su conformación ha sido Yair Lapid, líder del partido de centro laico Yesh Atid. De esta forma ambos líderes, primero Bennet y luego Lapid serán presidentes durante dos años en un gobierno rotativo.
“El gobierno hará todo lo que pueda para unir cada parte de la sociedad israelí”, dijo Lapid en un comunicado, según informan desde BBC Mundo.
Además el gobierno entrante abre nuevos caminos al incluir al primer partido árabe independiente en unirse a una coalición de gobierno israelí. El partido islamista Ra’am, que fue cortejado tanto por Netanyahu como por Lapid, ha exigido nuevos programas y gastos para los ciudadanos árabes de Israel, que representan alrededor del 20 por ciento de la población.
Un área de consenso que en gran medida se pasa por alto —y es esperanza para muchos— es la cuestión de los derechos de la mujer. Este gobierno cuenta con un número récord de ministras: nueve de 27.
De hecho, la derecha y la izquierda políticas de Israel están unidas en muchos frentes, particularmente en los derechos de las mujeres (el aborto, por ejemplo, está subsidiado por el estado).
Además de aprobar un presupuesto por primera vez en tres años, construir nuevos hospitales muy necesarios y reparar la economía pospandémica del país, el nuevo gobierno planea promover la igualdad de género, luchar contra la violencia armada y abordar la crisis de violencia doméstica de larga duración que se intensificó con el COVID-19, según publican desde Foreign Policy sobre los acuerdos de coalición.
Si bien Israel ofrece posiblemente más libertad a sus ciudadanas que en cualquier otro lugar del Medio Oriente, al mismo tiempo lucha con muchos de los mismos problemas que enfrentan las mujeres en otras naciones desarrolladas.
Las mujeres en Israel ganan el 67 por ciento de lo que ganan los hombres, según el Índice de Género 2020 realizado por el Centro para el Adelanto de la Mujer en la Esfera Pública del Instituto Van Leer de Jerusalén. Y entre las mujeres árabes, las brechas son aún más marcadas. Solo el 30 por ciento de las mujeres árabes participan en la fuerza laboral en Israel, en comparación con el 60 por ciento de los hombres árabes, el 60 por ciento de la población femenina en general y el 68 por ciento del público masculino en general.
Para muchas de las mujeres en el nuevo gobierno de Israel, y algunos de los hombres, los derechos de las mujeres se encuentran entre sus prioridades fundamentales. La más destacada líder del Partido Laborista, Merav Michaeli, es la nueva ministra de transporte de Israel, ex periodista y activista feminista que ha defendido los derechos de las mujeres durante décadas. Como miembro del parlamento de Israel desde 2013, Michaeli ha avanzado más de una docena de leyes para proteger y ayudar a las mujeres en crisis, y luchó por más fondos gubernamentales para ayudar a las sobrevivientes de agresión sexual.
Redacción
En Positivo
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