miércoles, 29 noviembre 2023

Gran avance para el fin de la evasión fiscal

Durante los últimos diez años, y a pesar de ser conocidas, las prácticas de evasión fiscal se han vuelto comunes. Uno de los casos más escandalosos fue el conocido como Panama Papers que gracias a la filtración dada por los medios de comunicación se desvelaron los documentos confidenciales de la desaparecida firma de abogados panameña Mossack Fonseca, servicios consistentes en fundar y establecer compañías inscritas en un paraíso fiscal de tal modo para ocultar la identidad de los propietarios.

Uno de los últimos casos en ser revelado ha sido recientemente cuando el diario The Guardian dio a conocer que una subsidiaria irlandesa del gigante Microsoft IT no había pagado el impuesto de sociedades en último año, a pesar de 315 mil millones de dólares en beneficios. Redondo Island One, que cobra tarifas de usuario por el software de Microsoft, está domiciliado en Bermuda por razones fiscales para evadir impuestos.

La fiscalidad corporativa internacional ha sido diseñada hace un siglo para proteger multinacionales de las instituciones gubernamentales. Pero desde finales del siglo XX y especialmente con la llegada de Internet, el equilibrio de poder se ha invertido. Los gigantes de las multinacionales están cavando como mejor les parezca en las jurisdicciones fiscales, proteger sus ganancias en el extranjero gracias a complicados arreglos financieros y utilizan su influencia para poner en juego la competencia fiscal.

Sin embargo se acerca el fin de estas prácticas con un gran avance para cercenar los paraísos fiscales.

El grupo de naciones del G7 ha anunciado un acuerdo sin precedentes sobre un impuesto corporativo global mínimo, para hacer que las multinacionales más grandes del mundo paguen una tasa impositiva corporativa de al menos el 15%.

Ahora, la propuesta fiscal, impulsada asiduamente por el presidente Joe Biden, buscará el respaldo del grupo de naciones del G20, cuyos ministros de finanzas están programados para reunirse en Venecia en julio.

Este mínimo del 15% no es mucho más alta que las tasas impositivas que ya están en países como Irlanda y Suiza, y lejos de la tasa deseada del 21% por Joe Biden. Sin embargo marca un principio importante de cooperación entre estados y la reanudación del control de políticas de entorno empresarial. Se podría decir que es bastante ajustado y las grandes empresas no pueden recriminar de ser abusivo.

Tal y como informan desde The Guardian este repentino cambio de rumbo es fruto de varios factores. Los desafíos citados acumulados por los gobiernos debido a la pandemia de Covid-19 y la explosión de beneficios de los gigantes tecnológicos durante sucesivos confinamientos.

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet L. Yellen, dijo que el impuesto mínimo global “pondría fin a la carrera a la baja en los impuestos corporativos y garantizaría la equidad para la clase media y los trabajadores en los Estados Unidos y en todo el mundo”.

Además la última estimación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que las reformas podrían generar 81 mil millones de dólares anuales. 

Redacción
En Positivo

Leer más: 

Transparencia para las multinacionales: hacia un pacto fiscal en la UE

El ocaso de los paraísos fiscales. Jorge Dobner

”Matemos los paraísos fiscales”. Es lo que el presidente Joe Biden “ha puesto encima de la mesa”

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad