El cofundador de Microsoft, Bill Gates, lleva tiempo trabajando en el desarrollo de tecnología limpia a través de su trabajo filantrópico. Con un nuevo libro, “Cómo evitar un desastre climático“, y un grupo de socios multimillonarios, ahora tiene un plan de acción para acabar con la dependencia mundial del carbono.
“Las personas que piensan que un plan es fácil están equivocadas. Las personas que piensan que un plan es imposible están equivocadas. Es muy difícil y muy amplio, pero es factible” argumenta.
Gates fundó Breakthrough Energy, que comenzó con un fondo de riesgo para invertir en empresas prometedoras de energía limpia, se ha expandido a una red de programas filantrópicos, fondos de inversión y esfuerzos de promoción para acelerar la innovación energética en cada paso.
El inversionista multimillonario puntualiza que se han logrado en gran medida las “cosas fáciles”, como los autos eléctricos y la primera parte de la generación de energía limpia. Pero ahora el enfoque debe estar en encontrar formas de reducir la huella de carbono de los sectores agrícola e industrial, como el desarrollo de un proceso “verde” de fabricación de cemento y acero que sea asequible.
Las fuentes renovables como la eólica y la solar pueden ayudarnos a descarbonizar la electricidad, pero, como señala Gates, eso es menos del 30% de las emisiones totales.
También vamos a tener que descarbonizar el otro 70% de la economía mundial: acero, cemento, sistemas de transporte, producción de fertilizantes y mucho, mucho más. Simplemente no tenemos formas de hacer eso en este momento para muchos de estos sectores.
Asegura que este será un esfuerzo de innovación a una escala que el mundo nunca ha visto antes y tiene que comenzar con el liderazgo de los gobiernos.
La mayoría de los usuarios no paga nada por el daño al medio ambiente causado por la contaminación de la gasolina en su automóvil o el carbón o el gas que generó la electricidad en su hogar.
“En este momento, no ves el dolor que estás causando al emitir dióxido de carbono”, expresa Gates.
Por eso dice que los gobiernos deben intervenir porque “necesitamos tener señales de precios para decirle al sector privado que queremos productos ecológicos”.
Eso va a requerir una gran inversión por parte de los gobiernos en investigación y desarrollo, así como apoyo para permitir que el mercado de nuevos productos y tecnologías crezca, ayudando así a bajar los precios.
“Las empresas simplemente no pueden cambiar toda esa infraestructura física a menos que las señales del mercado sean constantes y muy claras”.
Ahora sabemos por los excelentes informes de investigación que las compañías petroleras sabían todo sobre el cambio climático en la década de 1980 y que construyeron sistemáticamente un edificio de desinformación y negación para mantenernos en la oscuridad. Por eso hemos desperdiciado casi tres décadas de advertencia científica.
Redacción
En Positivo
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