La democracia se ha demostrado como el mejor sistema político a través del cual todos los ciudadanos adultos ejercen el poder y la responsabilidad cívica, ya sea directamente o por medio de representantes libremente elegidos. Se basa en los principios del gobierno de la mayoría y los derechos individuales.
Como cada año desde hace trece el índice de democracia de The Economist Intelligence Unit ofrece una instantánea del estado de la democracia en todo el mundo en 165 estados independientes y dos territorios. Esto cubre casi toda la población del mundo y la gran mayoría de los estados del mundo (se excluyen los microestados).
El índice de democracia se basa en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, el funcionamiento del gobierno, política participación, cultura política y libertades civiles.
Basado en sus puntajes en una variedad de indicadores dentro estas categorías, cada país se clasifica en uno de los cuatro tipos de régimen: “democracia plena”, “democracia defectuosa”, “régimen híbrido” o “régimen autoritario”.
El enfoque principal del informe es el impacto del coronavirus (Covid-19) pandemia de democracia y libertad en todo el mundo. Analiza cómo la pandemia resultó en la retirada de las libertades civiles a gran escala.
El informe también examina el estado de la democracia estadounidense tras un año tumultuoso.
Según estas mediciones, solo aproximadamente la mitad (49,4%) de la población mundial vive en una democracia de algún tipo, y aún menos (8,4%) residen en una “democracia plena”; este nivel es superior al 5,7% en 2019, ya que se han actualizado varios países asiáticos. Más de un tercio de la población mundial vive bajo un gobierno autoritario.
En el Índice de Democracia 2020, 75 de los 167 países y territorios cubiertos por el modelo, o el 44,9% del total, se consideran democracias. El número de “democracias plenas” aumentó a 23 en 2020, frente a 22 en 2019. El número de “democracias defectuosas” se redujo en dos, a 52. De los 92 restantes países, 57 son “regímenes autoritarios”, frente a 54 en 2019, y 35 están clasificados como “híbridos regímenes”.
El puntaje promedio global alcanzó un mínimo histórico. Como se registra en el Índice de democracia en los últimos años, la democracia no ha gozado de una salud sólida durante estos tiempos.
Sin embargo aún está lejos de la peor puntuación global desde que se elaboró el índice por primera vez en 2006.
Como aspecto más positivo está el ascenso democrático de Asia ganando tres nuevas “democracias plenas” (Japón, Corea del Sur y Taiwán) en 2020.
La región de Asia, hasta ahora, ha manejado la pandemia mucho mejor que prácticamente cualquier otra, con una menor tasas de infección y mortalidad y una rápida recuperación económica. Habiendo aprendido de la experiencia del SARS, los gobiernos asiáticos reaccionaron de manera decisiva (aunque desplegando poderes coercitivos en algunos casos), se beneficiaron de sistemas de salud bien organizados y conservaron la confianza de sus poblaciones.
Por el contrario, en algunos gobiernos europeos tardaron en actuar, algunos sistemas de salud estuvieron al borde del colapso y la confianza pública en el gobierno declinó.
Como viene siendo habitual en otros listados de calidad de vida y bienestar, en esta ocasión también los países nórdicos se sitúan en los primeros puestos como mejores democracias. En este caso Noruega lidera el ranking.
Entre los primeros puestos se encuentran otros dos referentes mundiales como son Nueva Zelanda y Canadá.
Redacción
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