sábado, 02 diciembre 2023

Revolucionando la educación para no quedar fuera del sistema

El abandono escolar, en especial, en la enseñanza media, ha sido una de las consecuencias más dura de la pandemia a nivel internacional, especialmente en los países iberoamericanos.

Las conclusiones de la Encuesta mundial sobre los jóvenes (de 18 a 29 años) y la pandemia de la COVID-19, llevada a cabo por los socios de la Iniciativa Mundial sobre Empleo Decente, revela que el impacto de la pandemia en los jóvenes es sistemático, profundo y desproporcionado.

Se ha vuelto imperante el reflexionar acerca de cómo cooperar en acciones de prevención vinculadas a la inclusión educativa y favorecer el derecho a la educación, como derecho humano fundamental y en especial para la población adolescente.

La coyuntura actual y su desigualdad tecnológica dejaron de manifiesto la vulnerabilidad general de dicha población, su padecimiento de exclusión y discriminación. Más allá del esfuerzo de acciones complementarias, este significativo grupo está quedando con un acceso parcializado, o en ocasiones, nulo, a una experiencia educativa.

Cada adolescente que queda fuera del sistema, incrementa su vulnerabilidad y queda expuesto a ser cooptado para el delito, el consumo de sustancias psicoactivas u otras formas de explotación.

Diversos indicadores relacionados con las variables mencionadas obligan a desarrollar múltiples acciones que contribuyan a  acercar las posibilidades inmediatas de mejoras. Niños y jóvenes a quienes se les niega el derecho a la educación, sea por provenir de familias desfavorecidas, por sus lugares de origen, por género, idioma, discapacidad, por discriminaciones, son merecedores primarios de atención.

Los diferentes dispositivos implementados para paliar el impacto social y económico de la pandemia, deben acompañarse con una estrategia activa de inclusión educativa y socio-afectiva para que los adolescentes que se encuentran en el límite no queden por fuera del sistema.

Una herramienta que está demostrando su efectividad para abordar esta problemática es la “Educación entre pares”, que se define como el aprendizaje entre afines en su sentido más amplio.

Es el aprendizaje entre iguales. Unos aprenden de otros. Ahí reside el eje substancial del proceso de aprendizaje, en el apoyo emocional que los alumnos  se ofrecen entre sí, en el marco de contenidos específicos cercanos, significativos, útiles, que atraigan su interés.

La influencia, motivación, aprendizaje  (educación)  entre pares se demuestra como un valor añadido.

En estos momentos existen diversos proyectos educativos innovadores que se aproximan a esta y otras metodologías para revolucionar el aprendizaje: 

El Centro Ana Frank Argentina: representante de la Anne Frank House de los Países Bajos en Latinoamérica, creó el Proyecto de Inclusión Educativa que posee como premisa central el poder de la educación entre pares, o sea, de jóvenes a jóvenes, como medio para fortalecerá las democracias y las herramientas para una ciudadanía plena. Para esta institución, dirigida por el Lic. Héctor Shalom, los estudiantes, adolescentes y jóvenes, representan un recurso humano potente a la vez que escasamente convocado.

Este proyecto que inicialmente está siendo implementado en Argentina en 100 escuelas de 4 provincias diferentes,  destaca la importancia del empoderamiento juvenil y despliega estrategias de participación y de desarrollo de experiencias de “educación de pares” que permiten generar acciones durante la pandemia y cuarentena dirigidas a identificar los alumnos en situación de riesgo y a la retención escolar en educación media.

Este programa posee tres dimensiones de trabajo: directores, docentes y jóvenes. Además se articula en torno a 8 ejes de acción: recuperación de alumnos que abandonaron el sistema escolar, recuperación de adolescentes embarazadas o madres al sistema escolar, apoyo escolar entre pares, tutoría de alumno a alumno, programas de promoción integral de derechos, diseño de proyectos de inclusión de jóvenes para jóvenes, desarrollo de competencias que favorezcan el acceso al mundo del trabajo y por último, la conformación de una Red de jóvenes hispanoparlante, que busca fortalecer las identidades individuales, la percepción de trascendencia ante la vulnerabilidad y la construcción colectiva de herramientas para la promover mejores condiciones de vida.

Escuelas Changemaker de Ashoka: ya forman parte doce centros distribuidos por toda la geografía española  y más de 330 en el mundo. Son escuelas con una visión transformadora de la educación que promueven un cambio de paradigma en la  forma de aprender y enseñar.

Los estudiantes aprenden habilidades esenciales como la empatía, la creatividad, el liderazgo y el trabajo en equipo para que puedan prosperar en el mundo moderno y encontrar soluciones a los problemas más complejos.

Programa emociona: impulsado por la Fundación La Caixa quiere contribuir a mejorar las competencias socioemocionales del alumnado poniendo especial énfasis en cuatro aspectos básicos: la autoconsciencia, la gestión emocional, las habilidades sociales y el bienestar personal y social.

Estos criterios han sido seleccionados a partir de las investigaciones de autores y expertos pedagogos que trabajan sobre la educación socioemocional.

Redacción
En Positivo

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Educación y otras formas de aprender. Alex Beard

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