Esperando que vuelvan los abrazos, los besos, los apretones de manos sin miedo a contagios…la distancia social a causa de las prevenciones en pandemia ha socavado cualquier proximidad física. La sociedad está perdiendo su experiencia comunitaria.
A modo de crítica cultural, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han – el más leído de la actualidad – habla en su último libro de “La desaparición de los rituales: una topología del presente” (Herder Editorial).
Byung-Chul Han (Corea del Sur, 1959) escribió el libro antes de pandemia pero después de esta crisis mundial incluso podría profundizar más, y es que el Coronavirus ha sido la puntilla para desechar todo contacto social.
“La crisis del coronavirus ha acabado totalmente con los rituales. Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física. La pandemia ha dado lugar a una sociedad de la cuarentena en la que se pierde toda experiencia comunitaria. Como estamos interconectados digitalmente, seguimos comunicándonos, pero sin ninguna experiencia comunitaria que nos haga felices. El virus aísla a las personas. Agrava la soledad y el aislamiento que, de todos modos, dominan nuestra sociedad. Los coreanos llaman ‘corona blues’ a la depresión consecuencia de la pandemia”.
El filósofo surcoreano centra la mayor parte de su obra en la crítica al capitalismo neoliberal y a la sociedad globalizada, y es que la desaparición de los rituales es otra consecuencia más de estos efectos.
Los ritos son acciones simbólicas que transmiten y representan aquellos valores y órdenes que mantienen cohesionada una sociedad. Los símbolos generan comunidad sin comunicación, pero hoy predomina la comunicación sin comunidad.
“El mundo sufre hoy una fuerte carestía de lo simbólico. Los datos y las informaciones carecen de toda fuerza simbólica, y por eso no permiten ningún reconocimiento” argumenta.
Para Byung-Chul la sistematización de lo digital en toda forma de relación humana da una falsa sensación de comunicación. Las interacciones humanas son una parte importante de nuestra existencia. Somos animales sociales, nos guste o no, por lo que anhelamos la socialización.
En este sentido el filósofo considera que la pandemia de COVID-19 ha redefinido las interacciones sociales a través de sistemas virtuales. Lo que trae muchas ventajas, como mantener a las personas conectadas, pero por otro lado refuerza problemas sociales como el estrés mental y físico, el cansancio y los sentimientos negativos como la ira.
Otros de los efectos de la pandemia es que ha dejado latentes las diferencias sociales donde incluso “la muerte no es democrática” explica.
Más que nunca la vulnerabilidad y mortalidad humana se muestra con su crudeza, y lo hace de forma no democrática pues también dependen del estatus social.
“La muerte nunca ha sido democrática. La pandemia, en particular, pone de relieve los problemas sociales, los fallos y las diferencias de cada sociedad”.
Byung-Chul Han estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994 se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. Desde 2012 es profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín.
Redacción
En Positivo
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