martes, 30 mayo 2023

Practicar el optimismo. Luis Rojas Marcos

Los efectos de la pandemia van más allá de lo evidente, y también repercute en la salud mental de la población. Debido a la incertidumbre que genera el contexto de Coronavirus, tienden a incrementarse los sentimientos de angustia y vulnerabilidad.

El miedo a contagiarse o quedar en situación de desempleo dispara los riesgos de padecer depresión o ansiedad. Es por eso en estos momentos tan importante el saber gestionar las emociones y cultivar el interior.

Aprender ahora a sentir y pensar en positivo puede ser una inversión sumamente rentable para desarrollar al máximo las posibilidades de vivir sanos y felices.

Así lo desarrolla en su último libro “Optimismo y salud: lo que la ciencia sabe de los beneficios del pensamiento positivo” (Grijalbo) del doctor Luis Rojas-Marcos, para conocer las herramientas que permiten forjar un carácter más optimista y su influencia en las relaciones sociales, en la salud y trabajo.

El psiquiatra Rojas-Marcos (Sevilla, 1943) tiene una larga trayectoria a sus espaldas. Con estudios de medicina en 1968 emigró a Nueva York y allí se especializó en psiquiatría y se doctoró en Ciencias Médicas. En 1992 fue nombrado jefe de los servicios de salud mental, alcoholismo y drogas del municipio de Nueva York.

Desde 1995 hasta febrero de 2002 dirigió el Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de esta ciudad.

En la actualidad sigue en activo como profesor de Psiquiatría de New York University y miembro de la Academia de Medicina de Nueva York. En España.

A partir de este libro quiere desmitificar el concepto naif que en parte se tiene al optimismo, también ayudado por la mala prensa y las connotaciones negativas que se refieren a generalizar todo como autoayuda.

La realidad es la inmensa mayoría de personas – salvo las víctimas de depresión – suelen ser algo optimista, o lo que es lo mismo a ver el vaso de agua medio lleno.

Según explica el doctor la mejor forma de medir el optimismo es examinarlo en el contexto del pasado, el presente y el futuro.

Las personas optimistas guardan y evocan preferentemente los buenos recuerdos, lo que las predispone a confiar en el presente y a enfrentarse a los retos futuros. Además, distanciarnos de un ayer penoso nos ayuda a perdonar los agravios, hacer las paces y “pasar página”.

Para Rojas-Marcos la definición del optimismo debe sustentarse en los estudios científicos que desde hace mucho tiempo vienen haciéndose en la materia.

“Ya no se trata sólo de curar enfermedades sino de mejorar y alargar la vida. En farmacología la primera medicina que va en esta dirección es la píldora anticonceptiva. También comienzan a analizarse los beneficios del ejercicio físico.

En este contexto, el optimismo se pone bajo la lupa y se descubre ligado al concepto de esperanza -pensar que lo que deseamos va a ocurrir- y al descubrimiento del centro de control dentro de uno mismo -poder decirnos: ‘yo soy capaz de hacer algo para salir de aquí y por protegerme’, en vez de fiarlo todo a la suerte”.

También tiene que ver con la forma en que nos hablamos y explicamos las cosas que nos suceden: “Las personas más optimistas se caracterizan por no culparse ante los fallos y por pensar que el daño se va a arreglar. Y otro ingrediente del optimismo es la memoria biográfica positiva, es decir, centrarse en los buenos recuerdos a la hora de enfrentarnos a una adversidad”.

El optimismo tiene muchas ramificaciones, como es el caso de la autoestima tan fundamental para salir adelante en la vida y el estar muy atentos de estar al menos moderadamente conformes con lo que somos y hacemos.

Sin duda el libro guarda muchas enseñanzas interesantes. Y aquí dejamos algunas pinceladas.

  1. Las personas de perspectiva optimista superan mejor las adversidades, desde los grandes desastres hasta las dolencias más graves, pasando por cambios duros en su vida.
  2. El temperamento optimista alarga la vida de los enfermos crónicos, desde las víctimas de esclerosis múltiple hasta las personas que han sufrido ataques de corazón, pasando por enfermos de insuficiencia renal o hipertensión.
  3. Según los datos recopilados en medio siglo los más optimistas mueren menos por accidentes, actos de violencia y suicidios. Además, el optimismo ha sido vinculado con un menor riesgo de morir de cáncer, enfermedades cardíacas y respiratorias, accidentes cerebrovasculares e infecciones.
  4. Un 75% de los habitantes del planeta se considera contento con su vida. Su nivel de dicha es independiente de la edad, el sexo, la posición económica, la apariencia física, la ocupación, el coeficiente de inteligencia o la raza.
  5. Casi un 10% de la población sufre de ansiedad en algún momento de su vida.

Luis Rojas-Marcos de la Viesca es un psiquiatra, investigador y profesor español nacionalizado estadounidense

Redacción
En Positivo

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