miércoles, 29 noviembre 2023

Combatir la desinformación en pandemia

La desinformación involuntaria o deliberada y la viralización de las fake news generan daños importantes en la sociedad al producir alarmismo y/o desconcierto. La ráfaga de información errónea que circula en la red va en aumento y es todavía más peligrosa en esta época de pandemia, que atenta a cuestiones de salud.

Vivimos un momento de normalización de todos los procesos de desinformación en la esfera pública.

No asistimos solo a un fenómeno que afecta únicamente a la desinformación de carácter político, sino, y quizá sea más importante, a los bulos relacionados con la inmigración, la ciencia y la propia salud.

En este escenario, la mediatización extrema generada por el confinamiento reforzó la idea de que el miedo y la desinformación están estrechamente vinculados. Cuanto menos se puede ver y comprobar la realidad físicamente, más dudas aparecen sobre el contenido cierto de los acontecimientos y también de sus consecuencias.

Es por ello que Raúl Magallón, profesor de Periodismo en la Universidad Carlos III, ha publicado un libro muy oportuno en estos tiempos ‘Desinformación y pandemia. La nueva realidad’.

Este libro se centra en el ecosistema informativo como una ventana desde la cual intentar relacionar y explicar las demás.

La normalización de los procesos de desinformación, el miedo como impulsor de sobredosis informativas, el cansancio y la fatiga como mecanismo generador de autoprotección informativa o la polarización como herramienta estratégica de distorsión de la realidad se plantean como las problemáticas más evidentes.

Como bien explica Magallón las redes no son simples plataformas tecnológicas, sino espacios que mediatizan contenidos con igual o mayor relevancia que los medios tradicionales:

“Tienen un papel cada vez más importante desde un punto de vista político. También demuestra que hemos superado el debate que teníamos hasta ahora, sobre si estas compañías debían ser consideradas empresas tecnológicas o empresas mediáticas. Ya está claro que son algo más que empresas tecnológicas, son actores políticos con un papel editorial en cuanto a la distribución de los contenidos.

La clave es que desde el punto de vista de la configuración de la esfera pública y de la distribución de los contenidos, se han convertido en espacios de debate más importantes que los propios medios de comunicación, llegando incluso a decidir, dentro de su propio sistema de reglas, qué artículos de los medios de comunicación se difunden y cuáles no”.

Esta misma semana Facebook y Twitter han intervenido para impedir la viralización en sus plataformas de una noticia elaborada por un tabloide que podía afectar a la campaña electoral estadounidense y de dudosa veracidad debido al origen de la información.

Para el profesor esto es más necesario que nunca: “Al principio la motivación era una cuestión científica, pero ahora hablamos de decisiones políticas. Las empresas tecnológicas, que tradicionalmente habían sido mucho más reacias a intervenir en el discurso público, decidieron limitar los contenidos engañosos que tenían que ver con la COVID-19. Ahora también han pasado al terreno político”.

La batalla contra la desinformación no solo está en detener su viralización o hacer más sexy la verdad, también está en la capacidad para generar de forma rápida dudas en la ciudadanía que hagan que esta decida no compartir una información no contrastada.

Este rol algo más intervencionista debe acompañarse necesariamente de más transparencia por parte de las plataformas, sobre el porqué de determinadas decisiones para dar confianza a la ciudadanía.

“Más transparencia ayudaría también a que no se generara tanto ruido alrededor de las decisiones de las redes sociales y a entender mejor sus movimientos. Sería especialmente útil además en estas semanas de campaña electoral en Estados Unidos. Porque lo que está claro es que hagan lo que hagan las empresas tecnológicas, van a ser observadas y criticadas por todos los actores políticos”.

Raúl Magallón Rosa es profesor del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid 

Redacción
En Positivo

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