¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Lo que es seguro es que la primera opción no es vida sino esclavismo. La incertidumbre laboral, un exceso de competitividad o autoexigencia hace que muchas personas en nuestras sociedad se vean absorbidas por el trabajo y llegan a un extremo que sólo se dedican a su carrera profesional, obviando otras parcelas también importantes de la vida. La realidad es que nos pasamos de media al menos un tercio de nuestra vida trabajando.
Esta adicción por el trabajo es lo que se conoce como workalcoholic o trabajólico en su traducción al español, cuyo término nace en EE.UU en los años ochenta pero es en este siglo XXI cuando más se ha popularizado.
Como toda adicción este se trata de un trastorno, un desequilibrio, que puede devenir sin que nos demos cuenta y que responde a diversas causas: perfeccionismo, autoestima baja por no alcanzar las metas profesionales, dificultad para desconectar, relaciones sociales y familiares deterioradas o ausencia de vacaciones.
Para Bryan Robinson, psicoterapeuta y profesor emérito de la Universidad de Carolina del Norte, es primordial establecer límites que ayuden a evitar el agotamiento y a sentirte satisfecho con el trabajo que estás haciendo.
Autor galardonado de dos novelas y 40 libros de no ficción que se han traducido a 15 idiomas, ha tratado este tema en su libro ‘Chained to the Desk: A Guidebook for Workaholics, Their Partners and Children, and the Clinicians’ (Encadenado al escritorio: una guía para adictos al trabajo, sus parejas e hijos, y los médicos).
Robinson insta a desarrollar un plan de moderación de trabajo que funcione. La moderación del trabajo es un marco amplio que proporciona máxima flexibilidad y equilibrio en las cuatro áreas de la vida: trabajo, juego, relaciones y uno mismo.
Según explica “Dedicar tiempo y pensamiento a su trabajo en proporción a otras actividades en su vida se convierte en el objetivo principal. Existe un consenso generalizado de que el mejor predictor de un enfoque positivo del trabajo es una vida plena fuera del trabajo. Una vida personal plena que actúa como un amortiguador psicológico puede disipar los efectos negativos de su trabajo y aumentar los positivos”.
Para este plan se debe desarrollar 4 pasos:
1.Yo mismo: atender las necesidades personales de descanso y ejercicio físico, relajación, autoestima, prácticas espirituales, nutrición y ejercicios de reducción del estrés como la respiración profunda o la meditación.
2. Relaciones: pasar tiempo y fomentar las relaciones con seres queridos y amigos importantes a quienes considera su familia. Tu familia puede ser un cónyuge; puede incluir tanto al cónyuge como a los hijos; puede incluir parejas solteras del mismo sexo o del sexo opuesto con o sin hijos; o puede incluir a otros adultos como tus padres o hermanos. Su familia, ya sea pariente o no, y sus amigos constituyen su principal sistema de apoyo.
3. Jugar: pasar tiempo en actividades divertidas y pasatiempos sociales como pasatiempos, recreación y esparcimiento.
4. Trabajo: ser eficaz y productivo en el trabajo, disfrutar de lo que hace para ganarse la vida, trabajar en armonía con sus compañeros de trabajo y trabajar moderadamente mientras dedica el mismo tiempo a otras áreas de su vida.
Bryan E.Robinson es doctor en psicoterapia y autor de numerosos libros sobre adicción al trabajo, estrés y encontrar el equilibrio en el trabajo y otros temas sobre la salud mental
Para más información: Bryan E. Robinson
Redacción
En Positivo
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