Igual que el entrenamiento del cuerpo se ha extendido como una práctica saludable en los últimos años, también hay un tipo de entrenamiento aplicado a las emociones.
La pandemia de coronavirus ha puesto en evidencia cómo las personas más débiles emocionalmente tienen dificultades para lidiar sus emociones bajo este contexto de incertidumbre. Los sentimientos de ansiedad y nerviosismo han aumentado y la OMS ya advertía hace unos meses de la amenaza de más casos por ansiedad y depresión.
Por eso es tan importante incorporar a nuestra vida cotidiana las herramientas que nos ayudan a fortalecer nuestra mente.
Es el caso de la gimnasia emocional, una técnica que nos ayuda a aceptar y comprender nuestros estados de ánimo y emociones e incrementar nuestra capacidad para regularlas y expresarlas con coherencia.
Según explica Gabriela Hostnik, coach y mentora de procesos de transformación profesional “A nuestro cerebro no le gusta la incertidumbre, porque estamos programados neurológicamente para evitar lo inesperado, y preferimos la seguridad a lo desconocido. Solemos creer que lo controlamos todo y sentimos que vivir con incertidumbre nos debilita”.
Para otra especialista, María Navarrete Fa, neuroeducadora y profesora de gimnasia emocional de la Universidad de Barcelona “Vale la pena hacer este tipo de entrenamiento para nuestro cuerpo mental y emocional. Todos vamos a precisar entrenarnos en competencias emocionales para comunicar mejor los sentimientos, los estados emocionales, crear climas emocionales saludables y lograr un mayor bienestar”, asegura.
Según argumenta esta gimnasia emocional es un espacio de formación y entrenamiento en emociones y competencias emocionales, que abre también una puerta al conocimiento. “Muchas personas, después de su paso por el gimnasio emocional, vuelven a estudiar, a formarse, hay quienes han escrito o pintado. El despertar de la consciencia emocional, las herramientas de regulación emocional y el sentirse autónoma emocionalmente nos da alas y nos ofrece un abanico infinito de nuevas oportunidades”.
La metodología de este entrenamiento consta de teoría práctica donde se ejercita la mente a través de disciplinas artísticas, la reflexión la visualización, la creatividad e incluso el movimiento.
La especialista puntualiza que no se trata de un espacio terapéutico sino que los educadores emocionales son formadores, y donde cada persona puede personalizar su propio entrenamiento en aras de encontrar el bienestar.
La rutina de un entretenimiento constante mejora nuestra plasticidad cerebral que se traduce en un mejor ánimo de vivir y mayor seguridad emocional.
Redacción
En Positivo
Leer más:
La gestión emocional para lidiar con el estrés del coronavirus
El descanso y la recuperación son más importantes que nunca
Gestionar las emociones en medio de una pandemia por Facundo Manes