Los propietarios de pequeñas empresas y los trabajadores autónomos están siendo de los principales afectados por los efectos del coronavirus y sus restricciones durante semanas.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT) las pequeñas unidades económicas generan hasta un 70% del empleo mundial. En esta línea desde Naciones Unidas se ha reconocido el peso de las pequeñas unidades económicas. Los datos de su Consejo Nacional reflejan que el 90% del tejido empresarial mundial está formado por pequeñas empresas,
Sin embargo, la respuesta en esta crisis ha sido desigual en cuanto a las medidas para salvar a pequeñas empresas locales y autónomas.
Destaca el ejemplo de Alemania cuyo gobierno puso con suma inmediatez un programa de préstamos rápidos de hasta 500,000 euros a pequeñas y medianas empresas, y un fondo de dificultades de 50 mil millones de euros para otorgar subvenciones a pequeñas empresas, los autónomos y autónomos. Además estás subvenciones no necesitan ser devueltas.
Como Alemania es un país federal, los estados federados también establecen sus propios esquemas, a veces con criterios y condiciones diferentes.
Según las últimas cifras en mayo ya se ha pagado 1.183 millones de euros a aproximadamente 161.700 trabajadores autónomos y autónomos.
Las pequeñas empresas con hasta cinco empleados han contabilizado alrededor de 35,000 solicitudes, con alrededor de 392 millones de euros pagados. Alrededor de 12,400 empresas con seis a 10 empleados han recibido alrededor de 181 millones de euros, mientras que a 17,000 solicitantes no se les otorgó ningún financiamiento.
En el otro lado, Italia puso en marcha la “bonificación 600” que se introdujo como parte de un paquete de ayuda de 25 mil millones de euros en el llamado decreto “Cura Italia”.
El pago se puso a disposición de contratistas independientes, trabajadores por cuenta propia, trabajadores temporeros en turismo, trabajadores agrícolas y trabajadores del entretenimiento, que necesitarían tener un IVA italiano (número de IVA) y poder demostrar que habían perdido al menos dos tercios de sus ingresos.
El plan se abrió para solicitudes el 1 de abril. Después de varias semanas algunos de los que solicitaron en las primeras semanas dicen que todavía están esperando su dinero.
El día que se abrieron las solicitudes, el sitio web de INPS se bloqueó y no funcionó correctamente, ya que INPS dijo que “se enviaban hasta 100 solicitudes por segundo”, algo que el director de la agencia dijo que “nunca antes se había visto”.
En Italia, el problema más obvio con el “bono 600” es el tamaño de los pagos, que a menudo no es suficiente para cubrir un pago de alquiler mensual: el alquiler promedio en el país es de alrededor de 600 euros al mes.
Al margen de las ayudas más o menos eficaces de los países, lo cierto es que para la sostenibilidad del tejido empresarial en estos tiempos complejos se necesita planes específicos de los gobiernos pero también la ayuda necesaria para adaptar a comercios locales y autónomos al actual contexto.
En España, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha propuesto la creación de un fondo de reconstrucción digital para pymes, que ayude a las pequeñas empresas y autónomos a digitalizarse.
Un salto tecnológico urgente puesto solo el 22% de ellas tienen un plan de digitalización. Digitalizarse es que las pymes estén preparadas para teletrabajar, que puedan migrar sus sistemas a la nube, que se digitalicen los sistemas de atención al cliente también desde la nube, que tomen decisiones de negocios basadas en datos (Big Data) y que tengan medidas de ciberseguridad para proteger su integridad.
Redacción
En Positivo
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