Las ciudades están siendo epicentro de los cambios para el mundo que viene. El caso de un nuevo ecosistema innovador como son las granjas urbanas y pueden ser claves para combatir el hambre y adaptarse al cambio climático.
Estas granjas pueden ser a pequeña escala, pero los cultivos en las azoteas, los jardines verticales y los huertos alquilados.
Los beneficios son múltiples como disminuir el riesgo de inundaciones durante periodos de fuertes lluvias, ayudan a drenar el agua en las zonas secas y a partir de aumentar la cubierta vegetal logran reducir el efecto “isla” de calor urbano.
Ahora la granja urbana más grande del mundo se está abriendo en París y pronto producirá alrededor de 1,000 kg de productos orgánicos todos los días.
Ubicada en el último piso de una piscina municipal en el concurrido distrito de Marais, esta próspera granja de la ciudad está en el corazón de una revolución alimentaria urbana en la capital francesa.
Inaugurado en 2017 por Agripolis, forma parte de una serie de proyectos dirigidos por el Ayuntamiento, llamados Parisculteurs, que verán 100 hectáreas de vegetación plantadas en todo París a finales de año. Agripolis solo tiene 10 granjas en funcionamiento o en planificación alrededor de la ciudad.
El sistema vertical de la granja es de circuito cerrado, no desperdicia agua y no usa pesticidas. En temporada, produce unas 20-30,000 porciones de frutas, ensaladas y verduras. En su conjunto se ha convertido en un plan para cambiar la forma en que come la ciudad.
“No tiramos nada”, asegura Pascal Hardy, un ingeniero agrónomo y fundador de Agripolis, quien ingresó al mundo de la agricultura urbana en 2015 cultivando verduras en el techo de su apartamento parisino.
“Mi principal motivación siempre ha sido el medio ambiente. Nuestras granjas son excelentes para la biodiversidad y la eficiencia, y tienen una huella de carbono muy baja ”.
Agripolis también presentará una granja de 14,000 metros cuadrados en lo alto de la Paris Expo Porte de Versailles, un centro de exposiciones en el suroeste de la ciudad.
Gracias a estas iniciativas se consigue reducir la distancia que recorren los productos alimenticios y favorecer el comercio local. Al mismo tiempo se introduce una nueva forma de vida entre los parisinos, más natural y concienciados sobre lo que comen y beben.
Para más información: Agripolis
Redacción
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