martes, 30 mayo 2023

Adaptar el turismo a un ecosistema innovador y sostenible

Una de las múltiples consecuencias de la pandemia mundial por el Coronavirus es el golpe al turismo debido a las restricciones de movimientos. Especialmente importante para países con dependencia económica a la actividad turística y sector servicios.

Es el caso de España donde el turismo se ha convertido en el sector que más aporta a la economía nacional por delante de la construcción, con 189.000 millones y un 14% del PIB.

Atendiendo las actuales circunstancias el turismo vive una crisis existencial esperando minimizar las pérdidas y la necesidad de adaptarse a un contexto donde el virus seguirá presente unos cuantos meses más (a la espera de una vacuna efectiva).

Asimismo se abre el debate sobre sobre la “necesaria reindustrialización” y el correspondiente fortalecimiento de la actividad industrial para no ser tan dependientes de la actividad turística.

En un reciente artículo firmado conjuntamente por tres expertos analizan las claves de una adaptación del turismo: María Jesús Such, profesora Titular de Universidad en el área de Economía Aplicada (Universidad de Alcalá), Ana B.Ramón, profesora titular en el Departamento de Análisis Económico (Universidad de Alicante) y Luis Moreno-Izquierdo, profesor adjunto (Universidad de Alicante).

Estos expertos abogan por una revolución en el turismo en base a la tecnología, lo que viene a ser una transformación sectorial. Considerando los beneficios de las olas de Kondratieff que con cada nuevo paradigma el impacto de la innovación es superior al anterior.

El facilitar un escenario turístico innovador puede garantizar en el futuro el liderazgo español a nivel mundial., y además con el valor añadido de una mayor competitividad.

Lo cual hace atraer progresivamente un turismo de más calidad, con servicios de alto nivel, y con turistas más exigentes. De esta forma se podría desechar el mal entendido concepto de borrachera que degrada la actividad y trae efectos negativos colaterales.

Es una realidad que debe transitar hacia la sostenibilidad en todas sus dimensiones.

Para conseguir esta competitividad se requiere implementar medidas de digitalización que derivaría en “destinos inteligentes” basados en el internet de las cosas, en el big data, en paneles de mando donde se interactúe en base a las necesidades de la ciudad en cada momento determinado.

En definitiva, un modelo turístico sostenible, basado en el conocimiento, en el que las tecnologías de vanguardia son el complemento esencial para mejorar la gestión empresarial, la competitividad de los destinos y el bienestar de turistas y residentes.

Redacción
En Positivo

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