lunes, 11 diciembre 2023

La era post Covid-19: las ciudades que cambian

La pandemia mundial está cambiando a todos los niveles la concepción de la vida. También las ciudades se enfrentan a nuevos retos, entre la obligación de adaptarse a nuevos protocolos de seguridad sanitaria y la necesidad de que sus habitantes puedan retomar en la medida de la posible sus actividades.

Ante el riesgo de futuras epidemias, los planificadores urbanos tendrán que trabajar en el futuro sobre servicios que permitirán a los habitantes de la ciudad reinventar sus vidas en áreas metropolitanas particularmente expuestas a virus.

La clave es cómo conciliar la densificación de la población y la necesaria separación de los habitantes.

La generalización del teletrabajo, desde la falta de balcones hasta las aceras anchas, del uso de datos con nuevas formas de solidaridad, conforma una visión de las ciudades más habitables y más seguras desde el punto de vista de la salud.

Según explica Richard Sennett, profesor de planificación urbana en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) y asesor de referencia del programa Naciones Unidas sobre ciudades y cambio climático

“Aunque, en general, la densidad es buena: las ciudades densas consumen menos energía. Creo que eventualmente veremos una contradicción entre los requisitos salud pública y preservación del clima”.

Para Richard Sennett, volveremos a las viviendas individuales y a una expansión urbana, que permita a las personas encontrarse sin pisar restaurantes, bares y clubes. Esto también dependerá de poner implementar importantes reformas económicas.

Además, el efecto del éxodo rural puede revertirse en dirección contraria, aprovechando las herramientas de trabajo remotas para establecerse en ciudades provinciales o en el campo, donde la tierra es más asequible y ofrece mejor calidad de vida.

Más empresas están implementando soluciones que permiten a sus empleados trabajar desde en casa y los empleados se están acostumbrando.

“Estos son hábitos que tienen una buena posibilidad de establecerse”, dice Karen Harris, directora de Macro Service Calls.

Las repercusiones para las grandes ciudades serán potencialmente importantes si la proximidad del lugar de trabajo ya no es un factor determinante en la elección del lugar para vivir.

Tal vez nos dirigimos hacia un mundo donde centros de ciudades remotas y “nuevas aldeas” ganarán importancia, mientras que los suburbios tradicionales colapsarían.

Otro posible efecto del coronavirus es la multiplicación de infraestructuras digitales en nuestras ciudades. Es el caso Corea del Sur, uno de los países. más afectado por la enfermedad, también es uno de aquellos con la tasa más baja de mortalidad, una hazaña que se puede atribuir, en parte, a una serie de innovaciones tecnológicas – y en particular el rastreo público gente contagiada. Una medida no en vano controvertida.

Asimismo la lucha contra las epidemias pone en evidencia y exige en buena medida la gestión municipal acoplada a una organización social sólida que protege a los más vulnerables.

Redacción
En Positivo

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