Según la Organización Mundial de la Salud se preparan 70 vacunas contra el coronavirus en desarrollo en todo el mundo, y tres candidatas ya se están probando en ensayos con seres humanos. Pero, a pesar de la celeridad de los equipos de investigación todo apunta a que al menos en un año no estará lista una vacuna que haya pasado todos los protocolos de sanidad.
A falta de esta vacuna los fabricantes de medicamentos se apresuran a encontrar una cura para el patógeno mortal.
Investigadores chinos fueron los primeros en pensar en el uso de la cloroquina como un arma contra el coronavirus actual, el SARS-CoV-2.
El 25 de enero tras probar varios fármacos, vieron que la combinación de cloroquina con un antiviral lograba controlar la infección. Esta investigación fue publicada en la revista Cell Research.
Luego se publicaron otros estudios con diferentes combinaciones y dosis, pero el que más repercusión ha tenido es el del investigador francés Didier Raoult, que evaluó su efecto, en solitario o en combinación, en pacientes hospitalizados por COVID-19 mayores de 12 años:
Un total de 20 pacientes recibieron hidroxicloroquina, de estos 6 además tomaron azitromicina y otros a 16 no se les administró ninguno de estos medicamentos sino el cuidado estándar.
Los resultados son esperanzadores pues a los seis días de tratamiento, el 70% de los pacientes que recibieron hidroxicloroquina estaban virológicamente curados frente al 12,5% de los que recibieron los cuidados estándar.
El resultado fue incluso más sorprendente en los 6 pacientes que recibieron hidroxicloroquina y azitromicina que, en el sexto día de tratamiento, estaban el 100% sin carga viral.
Pero antes de una verificación mayor los científicos toman con cautela los resultados. Se necesita una evidencia científica de peso que cuente con un estudio mayor de personas.
Recientemente en Francia el presidente Emmanuel Macron ha conversado con el famoso investigador, Didier Raoult.
De momento los resultados de un último ensayo de un seguimiento a 1.061 pacientes que pasaron por sus servicios del IHU Méditerranée de Marsella, lugar donde el investigador centraliza sus trabajos “fueron tratados completamente con hidroxicloroquina y azitromicina”. El documento sostiene que “se verá en los resultados que la mortalidad es de alrededor del 0,5% y que la tasa de curación es extremadamente alta”.
Para más información: Ensayo Méditerranée de Marsella
Redacción
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