El contexto de obligado confinamiento se presta a mirar hacia dentro sobre el devenir como individuos y sociedad. Algo común por otra parte que en momentos de crisis se llegue a una reflexión existencialista, necesaria más allá de momentos difíciles.
Ahora es cuando se valora más el conocimiento de expertos y lecciones de sabiduría de intelectuales con una amplia formación académica.
Es el caso de la filósofa Adela Cortina, ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor,
En el 2018 se publicó el libro colectivo Ética y filosofía política. Homenaje a Adela Cortina en el que en honor a su trayectoria distintos académicos rinden tributo al pensamiento de la filósofa.
En circunstancias adversas vale la pena atender las palabras que pueden servir para sobrellevar estas semanas de una mejor manera posible.
“Cuando se ha forjado bien el carácter de las personas y de los pueblos, se abordan mucho mejor estas situaciones, que son situaciones verdaderamente dramáticas”.
Para hacerlo, explica Adela que hace falta cultivar famosas virtudes como la prudencia, justicia, la fortaleza y la templanza. Igual que la letra “soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie” del himno en la lucha contra el Coronavirus “Resistiré” que tanto se ha popularizado estos días.
Una nueva forma de entender la humanidad está dando alas a una ola de solidaridad mundial, y aunque sea en la desgracia las gentes se unan para acabar con el enemigo común del Covid-19.
Cortina reconoce positivamente la respuesta ciudadana, pero también se lamenta de la negativa actitud de unos pocos políticos que ni en estas circunstancias demuestran estar a la altura.
“Las gentes que están atizando el conflicto y la polarización, están haciendo un daño enorme. Un daño enorme, no solo porque estamos todos en el mismo barco y quienes atizan el conflicto acaban haciendo daño a todos, sino porque nuestra convivencia es muy frágil y la estamos convirtiendo en una lucha de todos contra todos”.
Porque si en estos momentos en que deberíamos batallar juntos difícilmente más adelante en asuntos menores se podrá llegar a consensos.
“Por favor, busquemos lo que nos une, que es mucho, porque creo que todos nosotros valoramos la libertad, la igualdad, la solidaridad, el diálogo y la construcción del futuro. Por favor, busquemos eso que Aristóteles llamaba «la amistad cívica»”.
Los ciudadanos están demostrando su valía: los sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, personal de supermercados, agentes sociales…muy por encima de lo demostrado por los políticos en general.
La filósofa reclama que los políticos se centren en lo verdaderamente importante y menos pendientes del foco mediático. Los héroes anónimos son los protagonistas y los políticos deben tomar el papel de gestores para proveer las mejores soluciones
“Lo que tienen que hacer es ser los gestores en la vida cotidiana para que las personas, los ciudadanos, podamos llevar adelante los planes de vida. No tienen que quitarnos nuestro protagonismo en la vida”.
Esta crisis debiera servir para un antes y después en el modo de hacer política, y que al margen de ideologías se priorizara los servicios fundamentales.
Se ha demostrado que la economía del conocimiento debe ser mucho más predominante “: se invierte muy poco dinero en investigación científica. Se necesita potenciar la investigación científica enormemente. Por favor, no invirtamos tantísimo dinero público en batallas ideológicas. Pongamos los recursos al servicio de la investigación científica y de la educación” reclama.
Redacción
En Positivo
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