De forma progresiva se están llevando a cabo en el mundo distintas iniciativas para acabar con los desperdicios de comida. Esto no solo responde a una cuestión ética de no desechar lo que en los países en vías de desarrollo no pueden llevarse a la boca, sino también a las consecuencias sobre la relación entre las pérdidas y desperdicios de alimentos con los efectos del cambio climático.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) más del 8% de las emisiones de gases de efecto sierra se vinculan directamente a las perdidas y desperdicios de alimentos a nivel mundial por el uso, entre otros, de energía, agua y suelo.
Dinamarca es uno de los países que más esfuerzos ha invertido para un cambio de conciencia y hábitos entre la población. Así es como ha reducido en un 25% el desperdicio gracias al tirón popular del movimiento de la plataforma Stop Spild Af Mad (freno al desperdicio de comida, en danés).
Ellos son el motor, pero a bordo se han subido ya gigantes como Nestlé y Unilever, chefs famosos y cadenas generalistas de supermercados como Rema 1000.
En esta línea la emprendedora danesa Mette Lykke, cofundadora de Endomondo y directora ejecutiva de la aplicación de aprovechamiento de desperdicios de comida “Too Good To Go“.
Cuando Apple le compró Endomondo por US $85 millones, Lykke -que en ese momento tenía 33 años- y los cofundadores de la firma se convirtieron en millonarios. Esto a su vez supuso un cambio de rumbo.
Después de un encuentro casual en un autobús a las afueras de Copenhague en agosto de 2016, la danesa se embarcó en su próxima misión: combatir el desperdicio de alimentos.
Comenzó a conversar con un pasajero que le mostró una aplicación llamada Too Good To Go.
La aplicación permite que establecimientos como supermercados, restaurantes, panaderías, tiendas de comida preparada, hoteles, fruterías… puedan reducir su exceso de comida diario, vendiéndolo a un precio más reducido a través de la app.
De esa forma, posibilita que sus usuarios puedan salvar esa comida de calidad, que de no venderse iría directamente a la basura, y ayudar así a preservar el medio ambiente, reduciendo el desperdicio de alimentos y las emisiones de CO2.
Hasta ahora, el equipo de Too Good To Go estima que han ayudado a salvar más de 25 millones de comidas.
“Siento que esto es solo el comienzo”, dice Lykke. “No parece que estemos cerca de llegar a la meta. En los próximos cinco años, quisiéramos haber rescatado mil millones de comidas”.
Para más información: Too Good To Go
Fuente original: BBC Mundo
Redacción
En Positivo
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