El superventas El capital en el siglo XXI, publicado en 2013 en francés, vendió más de dos millones de ejemplares y puso en Europa y Estados Unidos la desigualdad socioeconómica en el centro del debate.
Su famoso autor, el economista francés Thomas Piketty, vuelve a la escena literaria con un nuevo libro que ahonda en sus esencias como intelectual de izquierdas y totalizador.
Piketty no deja lugar a la ambigüedad con un monumental ensayo de 1.200 páginas que llama a “superar el capitalismo” saliendo de la omnipontencia capitalista que el filósofo estadounidense Frederic Jameson describía con la siguiente sentencia “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el del capitalismo”.
El volumen de Capital e Ideologia se debe a que contiene tres libros en uno: la primera parte donde desglosa la historia de los “regímenes desigualitarios”. Comienza por el Antiguo Régimen y la desigualdad “trifuncional” dividida en clero, nombre y tercer estado.
Continua con la “sociedad de propietarios” a partir de la Revolución francesa de 1789 que abolió los privilegios pero conservando la propiedad privada que incluso podía incluir esclavos. Luego el periodo de entreguerras del s.XX en la transición del “propietarismo” desigualitario y la socialdemocracia con una fiscalidad progresiva.
Tras la caída del bloque soviético Piketty denomina esta etapa como “hipercapitalisa” hasta llegar a la actualidad. Un periodo de ideología desigualitaria marcado por el status quo y meritocracia “la necesidad de justificar las diferencias sociales apelando a capacidades individuales”.
Para explicar el actual contexto el economista no escatima críticas: “Hoy afrontamos una lógica de acumulación sin límite y de sacralización del derecho del propietario”, al tiempo que reivindica algunos éxitos del siglo pasado “Y olvidamos que los grandes éxitos del siglo XX en la reducción de las desigualdades, pero también en el crecimiento económico, se obtuvieron reequilibrando los derechos del propietario con los del asalariado, el consumidor. Se hizo circular la propiedad”.
El modelo que propone el francés es “un nuevo socialismo participativo para el siglo XXI” para forjar una “idea más exacta de lo que podría llevar a una mejor organización política, económica y social para las diferentes sociedades del mundo en el siglo XXI”.
El libro, ambicioso sin duda, integra propuestas interesantes que pudieran encontrar cierto consenso y otras más polémicas criticadas por algunos de sus compañeros. Entre esas propuestas interesantes y en alguna ocasión ya formulada es la de reforzar la progresividad del impuesto sobre rentas y sucesiones; de desplegar una renta básica integradas en un dispositivo global sin sustituir la política social; de reinserción de los mercados en la línea de Karl Polanyi; o incluso de ampliación y profundización de la propiedad social de las empresas relacionada con la cogestión nórdica o alemana.
Piketty insiste en “reconsiderar la propiedad justa, la educación justa y las fronteras justas” ya que sino, argumenta, se pueden acrecentar las injusticias y desigualdades.
Redacción En Positivo
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