Joan Garcia del Muro Solans (Lleida, 1961) es uno de los ensayistas más galardonados en literatura catalana. Es doctor en filosofía por la Universidad de Barcelona y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Ramon Llull y el Instituto Abierto de Catalunya.
En su haber está la publicación de diversos libros como el último ‘Good bye, veritat‘ (adiós verdad en su traducción al español).
Este libro nació cuando Joan Garcia estaba preparando material para sus alumnos de Filosofía Cultural de la Universidad de Barcelona. A partir de sus observaciones en clase comprobó que cuando realizaba reflexiones y exponía ejemplos, los cuales podían interpelar directamente a la sensibilidad ideológica y realidad cercana del alumnado, su respuesta no era tan crítica sino más subjetiva.
“De hecho, esta es una de las teorías del libro: como las emociones nos condicionan la capacidad de razonar y ver las contradicciones propias, como tenemos una cierta tendencia natural a obviar lo que nos pone en evidencia y buscamos aquellas explicaciones, afirmaciones o informaciones refuerzan nuestra concepción del mundo” explica el filósofo.
Para demostrar esta teoría Joan Garcia ha compilado algunos experimentos de neurociencia donde se evidencia que no es tan importante la búsqueda de la verdad como la felicidad de sentirse secundado con tus ideas. Algo que sirve para reforzar una opinión particular pero no para acercarse a la verdad desde otros puntos de vista.
Esa es la misma táctica de algoritmos que usan los gestores de Twitter, de Facebook o de Instagram que tienden a retroalimentar los contenidos relacionados con tus intereses.
Joan Garcia compara dos modelo filosóficos: Kant y al pragmatismo epistemológico y la tendencia desinteresada para buscar la verdad de Aristóteles.
“Más que saber cómo son las cosas, pues, lo que me interesa es saber qué cosas me funcionan y me son beneficiosas para sobrevivir” argumenta.
Al mismo tiempo denuncia la autoindulgencia de la sociedad por su permisividad para ser engañados y consentir la mentira de los políticos quienes no ven una reprobación por engañar deliberadamente.
El filósofo insta a que la gente se atreva a escuchar la verdad por incómoda que sea, y para ello hay que informarse por fuentes de información diversa que no tenga conexión con la propia ideología.
Este fomentar del espíritu crítico es el camino para rebatir a los populismos que precisamente se nutren de la emocionalidad para complacer las ideas que su grupo afín quiere escuchar.
Redacción
En Positivo