No faltarán para estas fechas rankings de todo tipo: las malas noticias, las más relevantes, los personajes del año…pero esta vez y siempre con perspectiva desde En Positivo queremos analizar el contexto; las cuentas pendientes pero también las propuestas de soluciones para afrontar los grandes desafíos del 2019.
La sensación que nos deja el 2018 es que se están gestando una serie de cambios que pueden declinar de un lado u otro la balanza.
Es el punto de partida de un año con claroscuros que vislumbra un panorama político mundial de creciente polarización y populismo mal entendido, expresado en diversas formas pero especialmente derechistas.
Las elecciones de Jair Bolsonaro en Brasil, Matteo Salvini en Italia, la continuación de Viktor Orban en Hungría, Tayyip Erdoğan en Turquía, Vladimir Putin en Rusia o Donald Trump en EE.UU. Sin olvidar en la otra cara de la misma moneda los regímenes de Irán, la Venezuela de un Maduro enrocado en el poder y Kim Jong-un en Corea del Norte.
Ese mundo de brutos donde germina el oportunismo de personajes que se nutren del hastío y conforman interesadas alianzas entre sí para acelerar el desorden mundial.
Europa, cuna de la civilización occidental, reconocimiento de los derechos civiles y democracia, es el flanco ahora débil que quieren aprovechar estos populistas y nacionalistas de distinta clase para dinamitarla desde dentro y boicotearla desde fuera. El Brexit fue el detonante de un problema europeo que parece eternizarse de persistir los mismos dirigentes. Transcurridos unos meses vemos cómo el sueño de parte de los británicos se tornó pesadilla.
La vieja retórica de este populismo de un extremo a otro es la misma: el resentimiento y el enemigo externo. Sin embargo, el discurso del miedo se desmonta como un castillo de naipes si reconocemos los errores de la historia y el deseo de no repetirlos.
Aquellos que tomaron el poder no pueden satisfacer sus promesas irrealizables ni en términos económicos ni sociales. Lejos de plantear soluciones factibles forman parte del problema. A pesar de su oportunismo subestiman el poder de la ciudadanía, que puede alzarles al poder y luego retirar su confianza.
En el 2019 necesitamos avanzar para entender el proceso de globalización y conjugarlo con el desarrollo sostenible, poner en marcha el Pacto Mundial de las Migraciones recientemente aprobado por la ONU, articular nuevos acuerdos sólidos sobre el cambio climático, acompañar el proceso de transformación con las nuevas tecnologías de la Cuarta Revolución industrial, profundizar en las políticas de igualdad de género y conquista de derechos sociales.
Las exigencias de los ciudadanos en países democráticos son equivalentes a las conquistas conseguidas, para evitar retrocesos y profundizar en procesos que dan más poder de decisión a las personas.
Esta es la razón del despertar de los movimientos sociales, que también en el 2018 se han hecho escuchar con fuerza. Las mujeres se rebelan y unen en el movimiento Me Too para denunciar comportamientos y abusos que nunca debieron vivir, marchas de ciudadanos en EE.UU en contra de la tenencia de armas, movimiento verde contra los plásticos para evitar la degradación del Planeta Tierra, los chalecos amarillos en Francia, grandes manifestaciones en Hungría para evitar una reforma laboral considerada “ley de la esclavitud”…
Los desafíos del s. XXI solo se podrán resolver con nuevas recetas. Hay más talento que nunca y profesionales ampliamente formados que merecen una oportunidad donde la actual política no llega.
Recientemente el economista Thomas Piketty creó un nuevo manifiesto por la democratización de Europa, para transformar las instituciones y políticas europeas, y así atender muchas de las exigencias contemporáneas.
Pero no es la única posibilidad pues hay tantas nuevas ideas que pueden unir distintas sensibilidades de todo el mundo.
El gurú digital Peter Diamandis apela al poder de la comunidad, de la colaboración de personas cuya experiencia puede retroalimentar los ecosistemas y ver nacer grandes ideas.
Progreso e Innovación son sinónimos en un contexto en que los hallazgos se multiplican, cada vez más sofisticados, rápidos y eficientes. Nuevas revelaciones en el 2018 invitan a un optimismo racional: el éxito de la Inmunoterapia y terapias personalizadas, el nuevo material del grafeno para la electrónica del futuro, las posibilidades del big data en sectores como la salud, ciencia y seguridad de las ciudades…
Una ola de gurús y divulgadores (Steven Pinker, Matt Ridley, Bill Gates, Johan Norberg…) favorecen este progreso visibilizando los avances, iniciativas y proyectos vanguardistas.
Este protagonismo permite inspirar a otros muchos a asumir riesgos empresariales, colaborar en proyectos filantrópicos y fundaciones sociales.
Como parte de la sociedad civil también los medios de comunicación tenemos un rol muy importante que desempeñar; acompañando los procesos y dando espacios a estas voces de autoridad.
Son demasiados los retos del futuro que merecen nuestra atención para perder tiempo y energía en rencillas pasadas. Sobre las decisiones que se tomen dependerá el porvenir de las nuevas generaciones que merecen una mejor calidad de vida y un planeta, tierra más sostenible, seguro y habitable.
Bien decía Winston Churchill, uno de los líderes mundiales mejor valorados de la historia “Si entablamos una pelea entre el pasado y el presente, encontraremos que hemos perdido el futuro”.
Jorge Dobner
Editor
En Positivo
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