Marte también fue un planeta azul. Hace unos 3.500 millones de años —cuando la vida estaba surgiendo en la Tierra— había en Marte suficiente agua como para cubrir todo el planeta y también una atmósfera densa que aportaba las condiciones adecuadas para que surgiese la vida. Mientras en la Tierra la evolución echó a andar, su vecino se dirigió a un destino mucho más hostil. El planeta perdió el 87% de su agua. El resto se conservó congelada en los casquetes polares y el planeta se transformó en el frío desierto que es hoy.
El descubrimiento de un gran lago de agua líquida bajo el hielo del polo sur marciano abre ahora la posibilidad de que las formas de vida surgidas en los océanos de Marte hace miles de millones de años se adaptasen a la vida en las profundidades y sigan allí.
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