Pese a que aún pueda sonar algo extraño, la inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse. Ahora un estudio científico abre una nueva alternativa en el uso de algoritmos para programar moléculas y diseñar medicamentos inteligentes.
Investigadores de la Escuela de Ingeniería y de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Harvard (SEAS) han descubierto una clase de algoritmos matemáticos – hasta ahora de uso común en motores de búsqueda, identificación de patrones o seguridad informática – que también “podrían implementarse a escalas microscópicas utilizando moléculas”, según manifiesta Ryan P. Adams, uno de los autores del estudio.
Los catalogados como medicamentos inteligentes (en inglés “smart drugs”) nada tienen que ver con aquellos fármacos que estimulan determinadas áreas cognitivas del cerebro en favor de un mejor rendimiento intelectual.
Su función tal y como puntualiza Ryan consiste en “detectar, diagnosticar y tratar de forma automática una variedad de enfermedades, utilizando un cóctel de sustancias químicas que puedan realizar razonamientos de tipo IA”.
Esto sin duda implica un avance inmenso en el campo de la ciencia y salud. Luego por su capacidad de decisión los medicamentos inteligentes, por ejemplo, podrían discernir cuáles son las células cancerígenas y cuáles no para atacar únicamente a las dañinas.
En base a dichos hallazgos las esperanzas están depositadas en lograr desarrollar fármacos que se puedan especializar en la química de cada persona, y que a su vez puedan realizar un diagnóstico o tratar un abanico de patologías.
De esta forma, gracias a la personalización que ofrecen, se evitarían inconvenientes como las incompatibilidades o reacciones alérgicas que ocasionan ciertos fármacos. En esta línea Ryan concluye “abre la posibilidad de analizar las vías de reacción biológicas naturales y las redes reguladoras (de genes) como mecanismos que están realizando inferencias estadísticas”.
Cristina Grao Escorihuela
Redacción