domingo, 01 octubre 2023

100 años después el universo da la razón a Einstein y sus ondas gravitacionales

100 años después el universo da la razón al genio Albert Einstein, una vez más. Lo hace con un hallazgo histórico que no es otro que la confirmación de su Teoría de las ondas gravitacionales y que cierra la predicción general de la relatividad. “El inicio de una nueva era en la astronomía” así es catalogado por Alicia Sintes, astrofísica de la Universitat de les Illes Balears y coautora de esta decisiva investigación.

Hasta ahora el estudio del universo se ha fundamentado en las ondas electromagnéticas como la luz de las estrellas y radiación infrarroja, pero con la observación de las ondas gravitacionales abre la oportunidad de desvelar aspectos desconocidos.

Su confirmación parte de la primera observación directa de responsables de LIGO (Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales) en colaboración con el grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la Universidad de las Islas Baleares (UIB).

Con una inversión hasta la fecha de 620 (550 millones de euros al cambio actual), se trata del mayor proyecto que ha financiado en su historia la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, y sin embargo hasta la fecha había resultado infructuosa.

Los detectores LIGO iniciaron observaciones en el 2002 y al terminar la primera fase no habían percibido ni una sola onda. En lugar de desistir esta búsqueda se decidió hacer mejoras tecnológicas en su detector, acompañado de otra fuerte inversión.

No en vano las esperanzas de su descubrimiento partían de una prueba indirecta de su existencia allá por el 1974. Entonces se halló un sistema de estrellas de neutrones de tipo pulsar que se comportaban de la misma forma que predijo Einstein en su Teoría de la relatividad. No obstante el propio físico llegó a contradecirse y dudar de su existencia.

En un primer momento en 1916 Einstein le explicó al también físico Karl Schwarzschild, quien empleó su teoría para predecir la existencia de los agujeros negros, de la posible existencia de estas ondulaciones del tejido espacio temporal provocadas por objetos supermasivos.

Sin embargo años más tarde cuando ya había abandonado Alemania escribió un artículo en el que junto a su asistente Nathan Rosen desmentía la idea de que esas ondas existieran en la realidad. Sólo el tiempo ha confirmado que su instinto visionario no fallaba.

Cristina Grao Escorihuela
Redacción

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