Desaparecen 800 personas en alta mar al hundirse el barco en el que viajaban”. Así amanecían las portadas del 19 de abril de 2015, tras el hundimiento de una barca llena de refugiados que horas antes había salido de las costas de Libia. Una noticia estremecedora que seguramente haya caído ya en el olvido de la memoria colectiva, al igual que los otros muchos naufragios que se han producido antes y después de entonces, pero que sin embargo dejó huella en un estudiante alemán de 19 años, Jakob Schoel, que en aquel momento estaba terminando sus estudios de bachillerato.
Jakob decide entonces que si las instituciones no eran capaces de dar respuesta a esta situación, alguien tendría que tomar la iniciativa, y junto a su amiga Lena Waldhoff, de 23 años, deciden iniciar un proyecto muy ambicioso: conseguir su propio barco y lanzarse al Mediterráneo a salvar vidas.
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