A Deng Xiaoping, que estudió en París, le pidieron su opinión sobre la Revolución Francesa. “Es demasiado pronto –reflexionó– para juzgarla”. Cuando le pregunté a Xang, estudiante huido de Tiananmen con quien compartí aula en la Universidad de Nueva York, qué le parecía América, me contestó con sorna: “Es el país del right now! (¡ahora mismo!)”.
El decano Xu también se queja de mis prisas al hablar de democracia: “Lo importante no es el nombre de la cosa, sino que saque de la miseria a millones de personas, como ha logrado el sistema chino”. Queda claro que la cantidad de poder que concentra un dirigente en China –y me temo que en todas partes– es inversamente proporcional a su prisa por compartirlo.
Cree que la prosperidad china aún es incompatible con la democracia?
…No voy a responderle.
(…)
¿Son incompatibles con la democracia?
Debemos tener prioridades. Y cuando veo democracias como Estados Unidos… En fin, sus elecciones podrían ser más racionales…
A mí me parecen democráticas.
…Mire: ningún sistema es perfecto, pero el nuestro sólo seguirá siendo lo bastante bueno mientras consiga mantener la ley y el orden.
¿China cambia libertad por progreso?
El pueblo chino jamás ha tenido tanta libertad sin pobreza como ahora… ¿Sabe de dónde provengo yo? De una familia muy pobre y sin dinero ni contactos, y llegué a estudiar en la mejor universidad, en Pekín.
Enhorabuena: debe de ser usted muy listo.
Eso sí ha sido y es una revolución para todos, pero gradual, poco a poco, porque ha ido sacando a cientos de millones de personas de la miseria y les ha dado trabajo y dignidad.
¿Y no podrían tener también libertad?
Si usted le pregunta a un chino de la calle qué es lo primero que quiere, no dirá democracia, dirá seguridad. Y será muy listo, porque¿sabe quién sufre más cuando un país se vuelve inestable? ¡Los pobres, amigo mío, los pobres, porque los ricos viven felices en cualquier sitio!
¿A qué se refiere?
A que si la economía china se colapsara y China se desestabilizara, el mundo entero sería un caos. Si Siria les parece un problema, no quiera ni imaginar lo que sería China en crisis política.
¿Por qué China ya no crece al 10%?
Comete el error de muchos occidentales: no capta las dimensiones chinas ni su potencial…
(…)
Ustedes han trabajado mucho.
La clave ha sido una gigantesca migración del campo a la ciudad que ha sacado de la pobreza a la mayoría, pero que ha tenido también costes enormes: contaminación y desigualdad.
¿Se ha agotado ya este trasiego?
En el este del país, el más rico, ya ha comenzado la transición de una economía de manufacturas básicas, que sólo compite en los mercados globales gracias a nuestros salarios muy bajos, a otra con la que produciremos bienes más sofisticados con más valor añadido.
¿Cómo?
Los primeros que invirtieron en China y lograron su despegue industrial fueron los chinos que ya se habían hecho ricos en otros países. Ahora esperamos también que nuestra creciente clase media compre esos nuevos productos mejores. Pero para eso necesitamos educación de calidad, innovación y tiempo.
¿Y mientras se frenará su crecimiento?
Aún crecemos al 6,9%: más del doble que España. Y en el oeste todavía hay 400 millones de pobres -la UE tiene 500 millones de habitantes- que viven en el campo con menos de dos dólares al día y tienen ganas de trabajar.
(…)
Entrevista por Lluís Amiguet
Artículo completo: La Vanguardia
Xinzhong Xu
Decano de Finanzas en la Universidad Sun Yat-Sen de Guangzhou