Algunos argumentan que el transporte constituye un gran obstáculo para evitar un cambio climático peligroso, pero tiene la capacidad de reducir a la mitad prácticamente sus emisiones de CO2 para 2050.
Este recorte de emisiones requeriría nuevas mejoras de eficiencia en el consumo de combustible y, en especial, la promoción del transporte público en las ciudades, junto con un cambio a gran escala para los coches eléctricos, según un nuevo trabajo publicado en la revista ‘Science’.