Atendiendo las trabas que a menudo ponen los organismos gubernamentales, casi siempre a un ritmo más lento que el consenso social, se valora aún más si cabe la nueva decisión de la Unión Europea. Por fin la Economía del Bien Común cuenta no solo con el favor de los ciudadanos quienes hacen uso sino también con el reconocimiento del Comité Económico y Social Europeo.
La Sección Especializada de Unión Económica y Monetaria y Cohesión Económica y Social de la Unión Europea, también conocido como el Comité Económico y Social Europeo (CESE), organismo creado por el Tratado de Roma en 1957, ha aprobado a través de un dictamen el valor de la Economía del Bien Común como un modelo económico sostenible orientado a la cohesión social.
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De acuerdo a esta declaración y apoyo institucional, la Economía del Bien Común goza de una mayor legitimidad hacia la transición de un “Mercado ético europeo” que fomente asuntos tan importantes como la innovación social, aumento de la tasa de empleo y que beneficie al medio ambiente.
Las principales conclusiones que se desprenden de este dictamen son:
1. El modelo de la Economía del Bien Común (EBC) está concebido para incluirse en el marco jurídico europeo y nacional con el fin de avanzar hacia un mercado único europeo a través de una economía más ética basada en los valores europeos y los logros de las políticas de responsabilidad social, creando además sinergias encaminadas a su reforzamiento.
2. La Economía del Bien Común tiene un enfoque holístico cuyos conceptos engloban los valores fundamentales de la Economía Social, la Economía Circular, la Economía Participativa, la Economía de la Funcionalidad, la Economía Basada en los Recursos y la Economía Azul.
3. La Economía del Bien común se fundamenta en la acción de las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y las universidades, al tiempo que se considera un modelo viable que refuerza los valores europeos, cohesión social y fomenta un sistema económico responsable.
4. Aporta indicadores del bienestar y el desarrollo social más allá del PIB como son el Producto del Bien Común y los Balances del Bien Común.
5. Se elaborarán políticas destinadas a reconocer a las empresas que contribuyen en mayor medida al bien común, como la contratación pública ética y la promoción del comercio interior ético.
6. Promover el comercio exterior ético, como la «marca Europa». De esta forma Europa quiere allanar el camino para obtener un reconocimiento como un mercado ético, y las empresas europeas liderarán el mercado mundial ético y contribuirán a la promoción de los derechos humanos, las normas laborales y la protección del medio ambiente.
7. Esta declaración sirve para animar a todos los tipos de emprendedores que creen organizaciones con el objetivo de contribuir al bien común.
8. Fomentar el consumo ético y la sensibilización entre los consumidores europeos.
9. Aumentar la diversidad del ecosistema financiero promoviendo redes de bancos éticos y mercados de valores en toda la UE.
10. La voluntad de un salto cualitativo que recompense –en términos de contratación pública, acceso a los mercados exteriores, ventajas fiscales, etc.– a aquellas empresas que puedan demostrar un mayor rendimiento ético.
Cristina Grao Escorihuela
Redacción
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